Un financiero en el andamio

El desembarco de Baldomero Falcones como primer ejecutivo en FCC acelera una renovación, de algún modo ya iniciada con el creciente protagonismo de las hijas de su mayor accionista, Esther Koplowitz, en el veterano grupo de construcción y servicios. El Consejo de Administración de FCC le nombró el martes consejero delegado, en sustitución de Rafael Montes (que pasa a ocupar la presidencia no ejecutiva), y vicepresidente ejecutivo de la compañía. El nuevo timonel es un ejecutivo experimentado, aunque no en el sector de la construcción. Es ingeniero como su predecesor en el cargo, pero su perfil es más financiero, y también es cuatro años más joven que él, tiene 61 años, y mucho más alto, mide 1,90. Su fichaje, al parecer, ha sido una apuesta personal de Esther Koplowitz.

Falcones, que se prejubiló en 2002 como directivo del BSCH, es cofundador junto a Ángel Corcóstegui, ex consejero delegado de dicho banco, de Magnum Partners, que cuenta con 850 millones de euros en fondos propios comprometidos y es la primera sociedad de capital riesgo de España. Va a seguir ligado a Magnum como socio fundador no ejecutivo.

El nuevo consejero delegado de FCC, que comenzó su carrera en los bancos Atlántico y Urquijo, ha desarrollado el grueso de su vida profesional en la órbita del Central Hispano y del Santander. Como gestor fue clave en la drástica y no demasiado conflictiva reestructuración del banco surgido de la fusión de los dos anteriores. En el grupo Santander Central Hispano ha sido director general y miembro de su comisión ejecutiva. También fue presidente mundial de Mastercard Internacional Worldwide, la segunda empresa de dinero de plástico, tras Visa; presidente de Santander Seguros, consejero de Unión Fenosa y director para España de RWE.

La clave de su éxito profesional, según quienes le conocen bien, hay que buscarla en su capacidad de insuflar confianza a los colaboradores, en su talante negociador y afable, en sus dotes singulares para captar oportunidades de negocio y, sobre todo, en su fama de hombre de palabra.

Mallorquín y padre de cinco hijos, confiesa que la familia es su mayor pasión y comparte con Esther Koplowitz un cierta vocación por la cultura y la filantropía. En la actualidad preside la Fundación Plan en España (una organización internacional de desarrollo comunitario centrada en la infancia) y es miembro del Consejo Económico de la Fundación Albéniz. Falcones es aficionado, además, a todas las actividades relacionadas con la naturaleza. Como buen insular practica la vela, pero también juega al golf y al tenis y le gusta caminar por el monte.