Un desliz estratégico de Slim
El magnate vende CompUSA después de inyectar 2.000 millones para intentar su salvación
Carlos Slim también comete errores. El magnate mexicano, que se disputa con Bill Gates y Warren Buffet el exclusivo puesto de hombre más rico del mundo, acaba de liquidar su inversión en una de la que fuera una de las joyas de su imperio corporativo: la cadena comercial CompUSA. La compañía está ahora en manos de Gordon Brothers, una firma especializada en reestructuraciones. La idea es vender o cerrar pasada la Navidad todos sus locales.
CompUSA era hace una década la mayor cadena especializada en la venta de artículos electrónicos. Fundada en 1984 en Dallas (Tejas), opera en la actualidad en 103 tiendas, dispone de un servicio de venta en Internet, en el que ofrece 19.000 productos y servicios técnicos, y ofrece a los negocios un catálogo con más de 220.000 productos. Slim se hizo con una primera participación minoritaria de la compañía (14%) en 1999. Entonces operaba 217 locales y su facturación ascendía a unos 6.000 millones.
La última inyección de capital llegó a comienzos de este año, unos 400 millones, en un último intento por recuperarla y atraer a clientes
La cadena está en manos de Gordon Brothers, una firma especializada en reestructuraciones; la idea es vender o cerrar pasada la Navidad
Entre los rivales que podrían hacerse con una tajada de los activos de CompUSA se encontrarían TigerDirect, Micro Electronics y Circuit City
Un año después, y seis meses antes de que estallaran los valores puntocom en Wall Street, el magnate mexicano asumió el control total del negocio y la cadena abandonaba el parqué neoyorquino después de que inyectara 797 millones para poder afrontar una profunda reestructuración. Las riendas del grupo las llevó de la mano de su hijo Carlos. Desde entonces, los cambios en el equipo de dirección y de estrategia han sido numerosos, en un intento por expandirla y sacarle de los números rojos.
Y con este objetivo, en 2003, lanzó una oferta por Circuit City, que fracasó. Fue su primer desliz con CompUSA, al que ha seguido otros que le han hecho perder el equilibrio. El magnate mexicano, presidente de Teléfonos de México y uno de los grandes nombres del sector comercial en Estados Unidos, ha invertido 2.000 millones de dólares en la cadena en un esfuerzo por reflotarla y afianzarla frente a su rival Best Buy.
La última inyección de capital llegó a comienzos de este año, unos 400 millones, en un último intento por recuperarla y atraer a clientes.
Los números hablan por si solos. CompUSA cerró el ejercicio 2006 con una facturación anual próxima a los 4.000 millones. Este año, llegará con suerte a los 1.500 millones de ingresos, según las estimaciones de los especialistas en esta industria, lo que provocará inevitablemente que tenga que cerrar sus libros contables con pérdidas. Los problemas no son nuevos, porque la cadena lleva casi una década sufriendo por la caída en el precio de venta de los ordenadores personales, el producto más importante de su negocio.
Lo que concibió como un proyecto a largo plazo, para llevar la tecnología a todos los hogares estadounidenses, no prosperó como quiso. Y ya el año pasado contrató a Credit Suisse para que diseñara un plan de salida. Slim, que la pasada primavera reconoció haber cometido errores de gestión con CompUSA, está teniendo además problemas con la matriz US Commercial, controlada por Grupo Carso, que durante el tercer trimestre de este año registró unas pérdidas de 45,7 millones.
El cierre de locales comenzó ya en febrero, lo que redujo el tamaño de la cadena a la mitad. Esto que explica en parte la caída en los ingresos. Pero también la dura competencia de rivales como BestBuy y de WalMart, por no dejar de mencionar el servicio de venta directa de Dell. Al frente del proceso de desmantelamiento está Bill Weinstein, que ejercerá las funciones de presidente interino de CompUSA. Dice que la venta de activos es la mejor salida para la cadena y sus acreedores.
Conversaciones abiertas
Los detalles financieros de la operación se desconocen. Lo único que garantiza Gordon Brothers es que las tiendas permanecerán abiertas durante la temporada de compras navideñas, mientras negocia cómo se desprenderá de los inmuebles. En un comunicado, CompUSA se limita a decir que las discusiones en curso con posibles interesados son intensas. Entre los rivales que podrían hacerse con una tajada de sus activos se encontrarían TigerDirect, Micro Electronics y Circuit City.
Y lo que no se venda, se cierra. La buena noticia llega para los cazadores de gangas, ya que CompUSA se dispone a ofrecer importantes descuentos para deshacerse de los inventarios. Y para Best Buy y Circuit City, que ahora tendrán más clientes a su disposición. Por no dejar de mencionar a Apple, que durante los últimos cuatro años está inmersa en una intensa campaña de apertura de grandes locales comerciales por todo Estados Unidos, y que amenaza con extenderse por todo el planeta. Sin embargo, hay muchos consumidores que están preocupados por lo que pasará con las garantías y las devoluciones de sus productos, una vez que cierren las tiendas.
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