_
_
_
_

Londres deja libres a dos presos de Guantánamo reclamados por Garzón

Ni EE UU ni la policía británica creen que sean peligrosos

Un juez británico dejó ayer en libertad bajo fianza a dos musulmanes que han pasado cinco y seis años en el campo de detención de Guantánamo y a los que Estados Unidos había puesto en libertad el pasado miércoles. Jamiel Abdul Latif el Banna, Abu Anas, y Omar Deghayes, que no son británicos pero residían legalmente en el Reino Unido, llegaron en la noche del miércoles a Londres y se encontraron con la sorpresa de que el juez Baltasar Garzón había presentado horas antes una Orden de Detención Europea contra ellos.

El juez ya había pedido su extradición en diciembre de 2003, cuando estaban en Guantánamo, y la petición fue aprobada por el Gobierno de José María Aznar el 12 de febrero de 2004. Esa petición afectaba también a otros dos presuntos islamistas, el español nacido en Ceuta Hamed Abderrahman Ahmed y a Lahcen Ikassrien. Los cuatro estaban acusados de colaborar con la célula de Al Qaeda en España. Ikassrien y Ahmed fueron extraditados y luego absueltos por falta de pruebas. El Banna y Deghayes no fueron extraditados por EE UU y ahora, al ser liberados de Guantánamo y volver al Reino Unido, han vuelto a ser reclamados por Garzón.

Esa reclamación ha causado sorpresa en Londres y ha provocado la indignación de los familiares, amigos y abogados de los dos musulmanes, que se preguntan por qué el juez español no intentó a fondo que Washington los enviara a España, lo que les habría permitido salir antes de Guantánamo, pero les reclama ahora, cuando ya se veían libres. La diputada liberal británica Sarah Teather describió la iniciativa de Garzón como "extraordinariamente repugnante y muy insensible". Uno de los abogados de los acusados, Clive Stafford Smith, opinó: "Hacer eso cuando están tan cerca de casa y de sus familias es reprobable".

El Banna compareció ayer en el Tribunal de Magistrados de Westminster. Con una larguísima barba gris y el pelo también muy largo, parecía muy avejentado a sus tan solo 45 años. El juez del caso, Timothy Workman, se hizo eco de los argumentos del abogado de El Banna, Edward Fitzgerald, que pidió su puesta en libertad bajo fianza argumentando que tanto EE UU como los servicios secretos y la policía antiterrorista británicos consideran que no es un hombre peligroso. De hecho, a su llegada a Londres no se le aplicó la ley antiterrorista sino la legislación de controles fronterizos. El juez le puso en libertad bajo fianza de 50.000 libras (66.000 euros) y la orden de permanecer en su domicilio entre las 20.00 y las 7.00. "Sólo quiero ir a casa a ver a mis hijos. Muchas gracias", declaró a la puerta del tribunal en sus primeros minutos de libertad en Londres tras pasar cinco años en Guantánamo. Por la tarde, Deghayes quedó también en libertad bajo fianza.

Pero eso no es un indicio de que vayan a evitar la extradición a España. Aunque sus abogados argumentan que España no ha presentado ninguna prueba de vínculos con Al Qaeda, la jurisprudencia de los jueces británicos al aplicar la Orden de Detención Europea es que no son ellos quienes han de dirimir sobre el fondo de las acusaciones que presenta otro país, sino los jueces de ese país.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_