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Columna
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Saber rectificar

Me imagino que Mariano Rajoy vería el martes pasado el programa Tengo una pregunta para usted en el que ciudadanos andaluces interpelaron al presidente de su partido y candidato a la presidencia de la Junta de Andalucía, Javier Arenas. Me imagino que además del programa en el que él fue el protagonista, habrá visto todos los demás.

Me gustaría saber si todavía sigue pensando que TVE es un medio de comunicación parcial, carente de la objetividad requerida para poder organizar un debate entre el presidente del Gobierno y él mismo, en cuanto presidente del otro partido que puede aspirar a gobernar España.

El programa ha tenido un éxito más que razonable, con una audiencia que no ha bajado del 15 % en ninguna de sus ediciones y es, por tanto, un programa sobre el que directa o indirectamente se ha podido constituir una opinión razonablemente objetiva por parte de la ciudadanía.

No recuerdo ningún programa de debate político en ninguna televisión, pública o privada, que haya sido organizado y realizado con un grado de imparcialidad similar al que ha acreditado este. Más todavía. Es el primer programa en el que el partido que está en el Gobierno sale en una posición de desventaja frente al partido que está en la oposición, ya que este último cuenta con la experiencia del programa anterior y su candidato puede prepararse en muchas mejores condiciones de lo que lo hizo el presidente del Gobierno o de la Junta de Andalucía.

En los dos programas dedicados a nuestra comunidad autónoma hemos podido comprobar además que la dirección del programa es receptiva a las críticas que se le hacen y que es capaz de corregir el rumbo y de corregirlo para bien. Los lectores recordarán, sin duda, que una de las críticas que se le hicieron al programa en el que participó el presidente de la Junta de Andalucía consistió en que la selección de los ciudadanos que preguntaron no fue muy acertada, que dicha selección no era suficientemente expresiva de la complejidad de la sociedad andaluza. Quien haya visto el programa protagonizado por Javier Arenas habrá podido comprobar que la selección ha sido mucho más cuidadosa. La Andalucía que ha preguntado a Javier Arenas se asemeja más a lo que es Andalucía que la Andalucía que preguntó a Manuel Chaves.

No creo que nadie que haya visto la serie de todos los programas o varios de ellos haya podido advertir el más mínimo indicio de parcialidad por parte de la dirección en alguno de ellos. Con este programa la dirección de TVE ha puesto el listón muy alto en lo que a objetividad e imparcialidad en el ejercicio del derecho a la información se refiere. En los algo más de treinta años desde que se inició la transición no ha habido ningún comportamiento de televisión, pública o privada, que pueda parangonársele.

Creo, en consecuencia, que Mariano Rajoy haría bien en rectificar e incluso en disculparse ante los trabajadores de TVE, que están haciendo su trabajo de una manera desconocida hasta la fecha en el ámbito de la televisión de titularidad pública en España. TVE no puede ser excluida de los debates electorales. Sería un insulto para quienes trabajan en dicho medio. Ahora mismo no hay ninguna televisión que pueda acreditar una conducta tan limpia como la de TVE en esta legislatura.

También harían bien las televisiones autonómicas en tomar nota de lo que está haciendo la televisión estatal. TVE es, mejor dicho, debería ser el espejo en el que todas las televisiones autonómicas deberían mirarse e intentar imitarla.

En todo caso, lo que no debería posponerse más es la reforma de la Ley de Régimen Electoral General, a fin de que los debates electorales en las televisiones públicas tuvieran que realizarse obligatoriamente. No es aceptable que con una Constitución que tiene como objetivo "establecer una sociedad democrática avanzada" pueda haber elecciones sin debates televisados.

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