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Reportaje:

Mayo, ahora positivo

No habrá revisión del caso del ciclista pese al segundo contraanálisis

Carlos Arribas

El test de la margarita. Positivo, negativo, positivo. Así le va a Iban Mayo. Ni él, que dio positivo por EPO en julio en París, ilegible en agosto en Gante y en Sidney y positivo de nuevo en París en diciembre, ni la Federación Española, que archivó su caso en octubre, ni la Unión Ciclista Internacional (UCI), que reclama a Madrid una revisión del caso, saben aún en qué desembocará un asunto que terminará, con toda probabilidad en el Tribunal Arbitral del deporte (TAS) y, como caso excepcional, en las escuelas de derecho deportivo y en los despachos de los responsables mundiales de la lucha contra el dopaje.

"Lo único que tengo claro es que la carrera deportiva de Mayo no tiene futuro", contaba hace unos días José Rodríguez, abogado del ciclista vizcaíno. Ya es uno que tiene algo claro. En teoría, la última noticia sobre el asunto, procedente del laboratorio de París, debería ser la definitiva, pero no parece más que un capítulo más en una historia interminable y triste. "Pero nosotros negamos de entrada la validez de un segundo contraanálisis", continúa Rodríguez. "Una práctica que no figura en ningún reglamento. En París, donde el segundo contraanálisis ha resultado positivo, explican que el problema era que en Gante no usan la misma técnica que ellos y por eso les salió un resultado ilegible, lo que, según su razonamiento, equivalía a que no se había efectuado".

"Lo único claro es que su carrera deportiva no tiene futuro", dice su abogado

Para el ciclista -un escalador tremendo, de 30 años, que alcanzó su cénit derrotando a Lance Armstrong en una escalada al Mont Ventoux en 2004 e imponiéndose solo en la cima de Alpe d'Huez en el Tour de 2003- todo lo que queda por escribir del libro tendrá el carácter de epílogo. Aunque la federación no revise su expediente, aunque el TAS acabe dándole la razón, aunque quede finalmente libre y aclarado como falso positivo su historial, ningún equipo, al menos ninguno del ProTour, se arriesgaría a contratarlo: en la lucha antidopaje en el ciclismo, en la que son tan importantes las apariencias como la realidad, todo aquél al que siquiera roce la sospecha se convierte en indeseable. En este contexto, Mayo sólo puede aspirar a limpiar su nombre lo máximo posible y a una indemnización económica que, por lo menos, castigue a quienes cree que le persiguen.

El meollo de la historia será los próximos meses una lucha de despachos. Una batalla más de la guerra entre la federación y la UCI en la que actualmente están abiertos otros dos frentes: el apoyo de varias federaciones europeas, entre ellas la española, a los organizadores de las grandes vueltas enfrentadas al ProTour y el caso Valverde, la pretensión de la UCI de que se abra expediente al murciano por la Operación Puerto, que volverá a verse en el TAS los próximos meses.

Y, tal como van las cosas, el TAS se convertirá en una segunda casa para los abogados de la federación, que volverán a Lausana, su sede suiza, con el tema de Mayo también. El lunes, la española recibió una carta de la internacional en la que le comunicaba el resultado positivo del segundo contraanálisis y le conminaba a reabrir, antes del 31 de diciembre, el expediente de Mayo archivado en octubre, cuando el primer contraanálisis de su orina, efectuado en Gante porque París estaba de vacaciones, no refrendaba los resultados, el positivo, del análisis. "Nuestros servicios jurídicos lo están estudiando", dice Eugenio Bermúdez, secretario general; "pero parece de cajón que un asunto juzgado no puede volver a juzgarse".

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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