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Reportaje:

El 'efecto Juande' toma Londres

El Tottenham sale del descenso con 11 puntos ganados de 18

Cuando Juande Ramos llegó a Londres para hacerse cargo del Tottenham, un equipo multimillonario, deprimido y peligrosamente instalado en la zona de descenso, se le quiso comparar con José Mourinho, el ex entrenador del Chelsea. Al Special One portugués, un hombre convertido en su propia caricatura, le debía suceder The Perfect one, el entrenador perfecto. Aunque Ramos siempre huyó de los adjetivos grandilocuentes, el apodo ya ha hecho carrera entre los seguidores de los Spurs. Los datos del español al frente del equipo cargan sus razones.

Ramos celebró el domingo la primera victoria del Tottenham como visitante este curso (0-1 sobre el Portsmouth). Los tres puntos sellaron su décimo partido como técnico de los Spurs y dieron carne al efecto Ramos: el español ha convertido a un equipo perdedor -un partido ganado de 11 a su llegada- en otro con un porcentaje de victorias similar al de su brillante Sevilla -60%: seis victorias, tres empates y una derrota entre todas las competiciones. Es la paradoja Ramos, que ha llevado a los Spurs del descenso al duodécimo puesto, y subiendo. El técnico llegó al vestuario y habló a sus jugadores de lo que desconocían: "Hay que trabajar duro en la defensa. Ahí, en esa área, es donde tenemos que mejorar mucho. El equipo está desequilibrado. La defensa permite demasiados goles".

Las palabras del técnico tuvieron un efecto inmediato. El Tottenham era uno de los más goleados de la Premier. Hoy es un grupo en equilibrio que se interesa en el espanyolista Jarque para mejorar sus cifras defensivas: ha marcado tantos goles como ha recibido: 29. "Como conjunto, somos más compactos y mucho más fuertes", argumentó el medio Jenas; "Las ruedas están empezando a girar". El Tottenham es un equipo lleno de futbolistas con complejo de estrellas. Un club acostumbrado a las inversiones multimillonarias. Para las dos cosas tuvo respuesta el español. "Fichar en invierno es para desesperados", dijo cuando no contaba con que su equipo pudiera ganar la UEFA. "Es muy importante que los jugadores no se sientan demasiado buenos para descender", argumentó cuando sintió que el divismo era parte del problema. Luego, el domingo. Su encuentro diez. Y una explicación: "Empiezan a entender cómo quiero atacar. Mi filosofía".

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