El caso más delicado

Arjen Robben figura en el parte de bajas del Madrid con una contractura en la parte posterior del muslo de la pierna izquierda. Desde que jugó contra el Lazio unos minutos, el martes, interrumpió los entrenamientos con el grupo. A dos días de recibir a Osasuna, negó la evidencia que certifican los médicos. "No es nada", dijo ayer; "estoy perfectamente".

Para Robben, tener dolores musculares, contracturas y molestias es lo normal. Lleva tres años con problemas físicos. El pasado jugó 36 partidos entre la Liga, la Copa, la Copa de la Liga, la Champions y encuentros internacionales de toda índole. De estos partidos, fue suplente en 16. Sólo completó 90 minutos en ocho ocasiones. El balance, teniendo en cuenta su juventud (23 años), es pobre. Raúl, a los 29, disputó la temporada pasada 2.713 minutos sólo en la Liga. Robben jugó 1.760 en todas las competiciones. Con el Chelsea y con Holanda.

Robben es el jugador más caro de la historia del Madrid, por detrás de Zidane, Figo y Ronaldo. El club pagó 36 millones por su fichaje al Chelsea en agosto. Por entonces, sus relaciones con el técnico del club inglés, José Mourinho, se habían deteriorado. Mourinho no le daba los minutos que él creía merecer. Tuvo poca continuidad. Durante la pretemporada, el conflicto quedó paralizado por otra lesión. Cuando fichó por el Madrid, no jugaba desde el 19 de mayo, coincidiendo con la final de la Copa inglesa. Mourinho le permitió exhibirse durante cuatro minutos.

Robben tiene un gran concepto de sí mismo. Se mira en el espejo y ve suficientes músculos. Se ve fuerte. Cuando llegó al centro de entrenamientos de Valdebebas, después de su presentación con el Madrid, los especialistas de la preparación física del club le examinaron y menearon la cabeza. "Tienes que hacer más gimnasio", le dijeron; "con esas piernas no puedes jugar". Él se quedó perplejo: "Pero en Inglaterra yo jugaba así".

Robben es un jugador especial. Camina y corre sin apoyar el talón. Casi de puntillas. Su aparente rigidez contrasta con la capacidad de desborde que le hizo famoso durante la Eurocopa de Portugal, en el verano de 2004. Pero desde que llegó al Madrid no ha tenido la oportunidad de destacar. Primero hizo recuperación y no jugó hasta finales de septiembre. Después sufrió una rotura fibrilar. Volvió hace dos semanas. Y contra el Lazio se sobrecargó. En total, suma unos 200 minutos de competición.

La sobrecarga muscular no es una lesión grave, pero es sintomática de las dificultades de Robben para estar a punto. Los médicos del Madrid le tratan como a un caso aparte. El más delicado de todos.