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Reportaje:

Bojan, el gran agitador

El ariete revoluciona el juego del Barça con sus movimientos y goles

Jordi Quixano

Si juega, revoluciona al equipo y el Barça gana. Desde hace exactamente un mes, las apariciones de Bojan Krkic en el Barça se contabilizan por victorias. O lo que es lo mismo, en los últimos seis partidos, el Barça ha sacado algo positivo cuando Bojan estaba sobre el césped. El técnico Frank Rijkaard y sus compañeros en la plantilla azulgrana se deshacen en elogios hacia el joven delantero. Bojan, sin embargo, sigue a lo suyo. Juega, hace jugar y pasa exámenes tanto en el campo como en el instituto.

Hace un mes, Bojan entró en el campo ante el Alcoyano cuando el Barça ganaba por 0-1. El partido acabó 0-3 con un tanto suyo. Días más tarde, frente al Recreativo, irrumpió cuando faltaba media hora y el equipo azulgrana perforó tres veces el marco rival con una diana suya. Contra el Lyon, jugó todo el partido y el Barça, que empató a dos gracias a dos asistencias suyas, consiguió clasificarse como primero de grupo. Algo parecido ocurrió ante el Espanyol, donde el punta salió de inicio y abandonó el campo con una momentánea victoria. El duelo, sin embargo, terminó en empate. Los números de Bojan no se detienen ahí. Ante el Deportivo participó media hora. Suficiente para que el Barça marcara un tanto y ganara el envite. Y el pasado miércoles, frente al Stuttgart, tuvo 40 minutos. Lo justo para que el equipo rompiera el empate y lograra dos goles. "Bojan es un tesoro", le define Rijkaard.

"Cuando entra al campo como suplente, sabe lo que pide el partido", dice Xavi
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El jugador lo tiene claro: "Para mí, lo importante es que cuando salga al campo se note". Sus compañeros así lo atestiguan. "No sólo aporta frescura y tiene unos movimientos inteligentes, sino que cuando entra como suplente sabe lo que pide el partido", conviene Xavi. "Es un futbolista muy vivo", mantiene Iniesta. Thuram le da la razón. "Es un jugador muy interesante porque siempre hace las cosas muy bien", apunta; "pero hay que tratarlo con cuidado y no se le puede meter prisa. Creo que llegará a ser un gran jugador". Lo mismo opina Eto'o: "Lo está haciendo bien y el equipo nota sus apariciones".

El 20 de octubre de 2007, ante el Villarreal, Bojan se convirtió en el jugador más joven de la historia del Barcelona (17 años y 51 días) en marcar en la Liga. Contra el Stuttgart, a punto estuvo de convertirse en el goleador más joven de la Champions. "Es una pena porque podía haber entrado en la historia", admitió; "pero no importa porque todo lo que vivo es un sueño".

Lejos queda el mes de julio, cuando en Saint Andrews (Escocia), donde el Barça hizo parte de la pretemporada, Txiki Begiristain, director deportivo azulgrana, defendía su continuidad en el primer equipo. "Queda descartada su cesión", respondía ante las preguntas de los medios, que lo situaban en el Celta o en el Ajax. Días más tarde, Rijkaard dejaba clara su postura. "Menos mal que no ha marcado un gol porque si no me pondría en un problema", convino el holandés después de que Bojan revolucionara el juego ante el Hearts escocés; "le falta un poco de físico, pero ya sabíamos de su gran talento". Ahora, Bojan sigue a rajatabla el protocolo individualizado que le trazaron a principio de curso desde el cuerpo médico para ganar corpulencia de cintura para arriba. Un plan físico similar al que siguió en su momento Iniesta.

Enfrascado en sus exámenes en el instituto -ayer tuvo uno de catalán y otro de lenguaje- Bojan dice vivir en una nube. "Todo va muy rápido. La verdad es que para mí estar en el banquillo es un premio", sostiene; "todo lo que sea jugar unos minutos es un regalo". Pero cuando juega, arranca tanto los aplausos del público como las alabanzas de sus compañeros. Y el Barça, de paso, gana.

Bojan, durante el partido contra el Stuttgart.
Bojan, durante el partido contra el Stuttgart.AFP

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