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La lucha contra el terrorismo

La terrorista que trató de atentar con coche bomba en Santander

Incluida en la lista de los terroristas más buscados por el Ministerio del Interior, Saioa Sánchez Iturregi, Hintza, forma parte del comando que trataba de cometer un atentado contra un edificio público de Santander el pasado julio. La policía detuvo a su compañero sentimental y también miembro del grupo, Aritz Arginzoniz Zubiairre, el mismo día en que ambos iban a recoger el coche bomba con el que pretendían perpetrar su ataque, según la investigación dirigida por el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón. La operación frustrada había sido diseñada directamente por el responsable militar de la banda, Garikoitz Azpiazu, Txeroki, en Limoges (Francia). Txeroki es quien supuestamente los había reclutado para la organización.

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Saioa Sánchez consiguió huir entonces como lo había hecho meses atrás, el 23 de diciembre de 2006, una semana antes del atentado contra la T-4 del aeropuerto de Barajas. La Ertzaintza encontró por casualidad dos zulos en Amorebieta y Atxondo en los que Sánchez y Arginzoniz habían dejado documentación comprometedora, dinero y explosivos. Saioa, residente en Berango (Vizcaya), avisó a Arginzoniz y ambos desaparecieron del mapa.

En su corta vida clandestina, Sánchez ha visto caer en manos de agentes franceses y españoles a varios de sus compañeros de comando. El primero en hacerlo fue el jefe, Garikoitz Etxeberria, Jon, cuya fotografía había aparecido en un documento falsificado guardado en el zulo de Atxondo. Fue detenido en Ascain (Francia) el pasado 9 de enero junto a otro de los integrantes del grupo, Asier Larrinaga, que no estaba fichado por la policía.

Fuentes de la lucha antiterrorista sospechan que, desde entonces, Saioa Sánchez podía haberse convertido en una de las responsables del maltrecho comando. Por esa razón, los agentes consideran que ella pudo ser la que ordenó el ataque contra la casa cuartel de la Guardia Civil en Durango (Vizcaya), que causó heridas a dos agentes y provocó importantes daños materiales, o la que custodió el explosivo hasta el momento del atentado.

Interior distribuyó su foto en miles de carteles junto con la de otros cinco etarras el pasado julio. Desde entonces hasta su detención por la policía francesa en Châteauneuf-de-Randon, han pasado cinco meses.

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