'Pichichis' de los años setenta
Raúl, Luca Toni y Trezeguet, ya en la treintena, lideran las tablas de goleadores en España, Alemania e Italia
En 1995, David Trezeguet se hizo una foto en la escalera mecánica de un aeropuerto argentino con los brazos cantando victoria y el gesto sonriente. Era un adolescente en plenitud dispuesto a enfrentarse a la gran aventura: triunfar como futbolista en Francia. Doce temporadas después, Trezeguet es un señor de 30 años con las punteras peladas de tanto chutar; un delantero que fue criticado por caduco y ahora es alabado por experimentado; un hombre lleno de cuentas pendientes que ha vuelto con la Juve del infierno de la serie B para plantarse como pichichi del calcio -11 goles- con un tercio de la temporada cumplida. Trezeguet es Raúl, máximo goleador en España con 30 años y ocho goles, los mismos que Luis Fabiano y Messi. Raúl es Luca Toni, pichichi en Alemania con 30 años y nueve tantos para el Bayern. Y los tres avanzan el camino de Benjani, del Portsmouth, que lidera con Keane, Cristiano Ronaldo y Adebayor la tabla de goleadores en la Premier con ocho dianas y 29 años.
"Si te cuidas, comes bien y descansas... Todo suma", dice el punta madridista
"Si te cuidas, si te alimentas bien, si descansas... Todo suma", explicó ayer Raúl, que esta temporada ha igualado su mejor inicio goleador en la Liga; "tengo la suerte de haber empezado con 17 años y en estos trece mi rendimiento siempre ha sido bueno".
Las razones que explican el buen rendimiento de Raúl, la lógica que guía el poderío goleador de Van Nistelrooy, que lleva seis tantos en la Liga, son sencillas, según Walter di Salvo, preparador físico del Madrid. "¡Es que 30 años no es una edad de viejos!", dice el técnico, afamado en Europa por el enfoque científico de su trabajo. "Entre los 27 y los 32 años se llega al mejor momento, al momento óptimo, en términos de una buena conexión entre el aspecto físico, todavía muy bueno, y la experiencia. Eso ocurre especialmente en los delanteros, pero también en los centrales", argumenta; "hay una cosa que lo demuestra: en 2006, Cannavaro, con 33 años, ganó el Balón de Oro. La situación no me maravilla".
Las viejas leyes del fútbol escondían los años de los delanteros retrasando progresivamente su posición. Los arietes pasaban de mirar a los ojos del meta contrario a escuchar los gritos del propio. Hoy, dice Di Salvo, el juego ha cambiado. La velocidad es una variable fundamental en ambos lados del campo. Y los métodos personalizados de preparación física, las tablas individualizadas de los nutricionistas y hasta el uso extendido de los baños de contraste de recuperación -además del puntual de cámaras hipobáricas- ha permitido extender la edad de jubilación de los futbolistas hasta límites impensables.
"Antes, con 30 años había acabado cualquier carrera. Ahora no es verdad", dice Di Salvo; "hay ejemplos: Maldini sigue jugando con 39 años. Todo va en relación a cuánto se ha cuidado y a la profesionalidad del jugador. Es fundamental. Más que en la resistencia, cumplir años se nota en que se pierde mucho la máxima velocidad".
Raúl, Trezeguet y Luca Toni viven un momento excepcional. No son casos del todo singulares: Totti, de 31 años, es el segundo máximo goleador del calcio; Klose, que tiene 29, comparte con Toni y Van der Vaart, de 24, el pichichi alemán. Por detrás, sin embargo, mandan las leyes de la manada. Llegan los jóvenes, que reclaman el puesto de los veteranos.
Messi y Agüero golean en España. Diego, en Alemania. Y Benzema, la nueva perla del Lyon, pone la nota de lógica en Francia: lleva 11 goles en 16 partidos, tiene 19 años y es el pichichi del campeonato más joven del continente. Contradicciones de la época de los iconos comerciales, el chico se declara fan de Ronaldo cuando tenía otro ejemplo en casa: hace 12 años, Trezeguet llegó a Francia desde Argentina.
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