El Valladolid se consolida
El conjunto de Mendilibar aprovecha los espacios que le concedió el Villarreal
El Valladolid ha comenzado a coger el aire a la Primera División. Por Zorrilla ya han pasado los tres primeros de la clasificación: el Barcelona y el Madrid rescataron un punto de la vorágine que son los partidos con este equipo, pero el Villarreal se llevó uno de los peores ratos de la temporada porque lo que había enfrente ya no era un grupo sólido pero demasiado entusiasta, una chavalería que sabe jugar pero que termina decepcionada por un gol en propia meta al final, un cuadro quebradizo cuando las cosas se tuercen e incapaz de sostener un resultado favorable. Ayer, el Valladolid extendió su solidez durante todo el choque. Se agarró a su estilo, pero lo llenó de madurez y sentido común. Así, el equipo de Pellegrini, con su velocidad habitual frenada en seco, se descosió y fue incapaz de dar una a derechas.
VALLADOLID 2 - VILLARREAL 0
Valladolid: Asenjo; P. López, Rafa, García Calvo, Marcos; Sisi (Borja, m. 60), Álvaro Rubio, Vivar Dorado; Víctor (Estoyanoff, m. 76) y Llorente (Alexis, m. 84). No utilizados: Butelle; Ó. Sánchez, Baraja y Kike.
Villarreal: Viera; Venta, Cygan, Fuentes, Capdevila; Cani, Bruno (Cazorla, m. 46), Senna, Pirès (Matías Fernández, m. 62); Nihat (Tomasson, m. 62) y Guille Franco. No utilizados: Diego López; Godin, Mavuba y Ángel.
Goles: 1-0. M. 18. Llorente, a pase de Sisi. 2-0. M. 57. Víctor, a centro de Sesma.
Árbitro: Ramírez Domingo. Amonestó a Bruno, Nihat y Marcos.
Nuevo Zorrilla: 16.000 espectadores.
El Valladolid cambió su guión para recibir al segundo. Nada de carreras arriba y abajo, ninguna precipitación, la tensión rebajada. El balón, anestesiado, circulaba de banda a banda sin velocidad, sin profundidad, sin riesgos, a veces incluso con desgana. El control de la posesión era tan exagerado que Nihat y Guille Franco terminaron incrustados al lado de Senna. No había ocasiones. Nadie desbordaba. El Valladolid había hecho la primera parte del trabajo: anular al rival, quitarle la iniciativa. Quedaba buscarle algún beneficio al tostón, encontrar el agujero, y lo encontró Sisi en la banda derecha, la que quedaba hueca con las subidas de Capdevila. En una de ésas, el volante puso un balón blandito pero medido en la cabeza de Llorente, que cabeceó con furia a la red.
El gol espabiló al Villarreal. Le devolvió a la realidad de un partido inesperado. La primera solución, la más básica, la más práctica, buscar a Senna, tuvo un efecto inmediato. La sangría se redujo aunque las ocasiones no llegaban. Solo un desajuste permitió a Nihat probar a la nueva apuesta de Mendilibar en la portería, un chaval de 18 años, Sergio Asenjo, campeón de Europa sub 19, llegado del filial para resolver la crisis por el bajo rendimiento de Butelle y Alberto. Con todos los ángulos cerrados, el turco mandó el balón y su única ocasión clara contra su cuerpo.
El Villarreal volvió del descanso reformado. Matías Fernández y Cazorla entraron para convertir el letargo en velocidad y los cambios hicieron que controlase el partido y que el Valladolid quedase acorralado. Pirès envió un balón pegado al palo y a Guille Franco se le escapó otro por centímetros. Pero el Villarreal, con solo un tanto en contra, se volvió loco. Se aceleró y concedió espacios. Sesma aprovechó el primero. Colocó un pase perfecto al punto de penalti, Llorente lo dejó pasar y Víctor, solo, cerró el resultado y el Villarreal dejó su empeño para otro día.
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