Un policía dispara a tres hombres y hiere a uno en la cabeza

Alejandro G. C., de 21 años, permanece ingresado en estado muy grave tras recibir un tiro en la cabeza. Un policía nacional fuera de servicio fue el autor del disparo. El agente, de 28 años, perteneciente a la Brigada Provincial de Información, efectuó varios disparos con su arma reglamentaria en un polígono industrial de Fuenlabrada (Madrid) tras una discusión con seis jóvenes. Otros dos varones de 22 años resultaron heridos leves.

El tiroteo se produjo sobre las 4.20 del sábado, después de varios encontronazos entre el agente, que viajaba en su coche particular, y seis jóvenes de entre 21 y 22 años que volvían de fiesta desde Madrid hacia Toledo, por la A-42, en dos taxis, propiedad de dos de los implicados.

Raúl A. M., de 22 años, y herido en el hombro durante el tiroteo, conducía uno de los taxis. "Un Opel Astra empezó a atosigarnos. Se ponía delante y frenaba. Detrás, y aceleraba. Se ponía en paralelo y trataba de echarnos hacia el arcén", relataba ayer. "Fuimos así hasta Getafe, donde me obligó a detenerme. Le adelanté y llamé a mi hermano, que había salido en otro taxi".

Raúl cuenta cómo el conductor del Astra les amenazaba y les mostraba la placa y la pistola a través de la ventanilla. Según su relato, vio como el conductor del Opel Astra comenzó a acosar al taxi de su hermano. Ambos vehículos tomaron una vía de servicio: que conduce a un polígono industrial en Fuenlabrada. Raúl los siguió.

Pistola en mano

Según su relato, cuando bajó del coche vio que el conductor del Astra tenía la pistola en la mano y que disparó. Raúl corrió hacia él para detenerle. Sus amigos comenzaron a golpear al agente.

Raúl sostiene que el policía perdió el control del arma y lanzó otros cinco tiros, uno de los cuales le alcanzó en el hombro. Otro fue a parar a la cadera de su amigo Francisco B. D. Entonces se dieron cuenta de que Alejandro estaba herido en la cabeza y el propio agente llamó a Emergencias.

El agente que realizó los disparos ha sido detenido. En su declaración culpó a los jóvenes que conducían los taxis de acoso en carretera. Y precisó que tras detenerse en un polígono industrial, los seis jóvenes se abalanzaron sobre él, se sintió amenazado y sacó el arma para reprimir una posible agresión. Según su testimonio, el agente temió que los jóvenes se la arrebataran y disparó al suelo para dejar el cargador vacío. El Cuerpo Nacional de Policía investiga el comportamiento del agente.