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Reportaje:EXTREMISMOS

De la Baader-Meinhof a nazi

Un fundador de la organización terrorista, condenado por saludar al estilo hitleriano

Un tribunal de Cottbus, en el este de Alemania, condenó el pasado 23 de noviembre a Horst Mahler a seis meses de prisión, sin libertad condicional, por haber realizado el saludo hitleriano, brazo derecho en alto, ante sus seguidores cuando un año antes ingresaba en la cárcel para cumplir una pena de nueve meses por incitación al odio racial. En Alemania, mostrar en público símbolos nazis o negar el Holocausto está tipificado como delito en el Código Penal. No extraña, por tanto, la sentencia, pero sí llama la atención que por una pena de tan poca magnitud el acusado tenga que ingresar en prisión. Mahler no goza de los beneficios de la libertad condicional por sus numerosos antecedentes penales.

Mahler ha completado un giro político de 360 grados y ha vuelto a la ideología de sus padres, nazis convencidos

En la década de los sesenta y setenta, Mahler adquirió triste celebridad al convertirse en uno de los enemigos públicos en Alemania. Por sus actividades terroristas y su papel decisivo en la fundación del grupo o banda Baader-Meinhof, la autodenominada Fracción del Ejército Rojo (RAF), un tribunal condenó a Mahler a 12 años de cárcel, a los que luego se añadieron dos más por pertenencia a una organización terrorista. Pero ahora, a sus 71 años, Mahler ha completado un giro vital de 360 grados y ha vuelto a sus orígenes, a los de la casa de sus padres, nazis convencidos, que vivían en la Silesia alemana que hoy día pertenece a Polonia.

Un tío de Mahler, hermano de su madre, ocupaba un cargo en el aparato del nazismo. Lo asesinaron en la noche de los cuchillos largos, cuando los nazis liquidaron a principios de 1934 a los seguidores del jefe de las SA Ernst Röhm, al que acusaron de golpista. El asesinato de su hermano no conmovió la fe en Hitler de la madre de Mahler, que lo justificaba con un "seguro que el Führer no sabe nada de lo ocurrido". La madre y tres hijos huyeron, como decenas de miles de alemanes, en 1945 de Silesia a Berlín para escapar del ejército rojo. El padre estaba preso y regresó en 1949 a casa, donde ejercía su profesión de dentista. Una mañana de domingo, el padre de Mahler salió al jardín y se pegó un tiro. Hoy, Mahler se explica el suicidio por la humillación de la derrota de Alemania en la guerra.

El joven Mahler se convirtió en un estudiante excepcional, sacó la mejor nota de su clase en la prueba de madurez y estudió Derecho con una beca para alumnos brillantes. Tras pertenecer y salirse de una hermandad de estudiantes tradicionalistas que practicaban duelos de esgrima, Mahler se afilió a las Juventudes Socialistas (Jusos). Lo expulsaron por ingresar en la Federación de Estudiantes Socialistas (SDS), la organización estudiantil excluida del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) por su izquierdismo. El SDS fue uno de los pilares de la protesta estudiantil del 68, con su líder Rudi Dutschke al frente.

La muerte el 2 de junio de 1967 del estudiante Benno Ohnesorg, a manos de un policía de paisano en una manifestación contra el sha de Persia, le dio el empujón definitivo. El abogado Mahler asumió la acusación particular de la viuda contra la policía. Como abogado, Mahler encendía una vela a Dios y otra al diablo. Su bufete en Berlín prosperaba con la defensa de los intereses de empresarios. Al mismo tiempo se ocupaba de los izquierdistas más destacados en sus conflictos con la justicia: la viuda de Ohnesorg, Rudi Dutschke, los miembros de la Comuna I. También Andreas Baader y Gudrun Ensslin. El mismo Mahler se vio involucrado en 1968. Como consecuencia de las manifestaciones por el atentado contra Dutschke, los estudiantes incendiaron las camionetas de reparto del Bild Zeitung y la sede de la editorial de Axel Springer al atribuir al Bild la autoría intelectual de los disparos contra el carismático líder estudiantil. Mahler tuvo que afrontar un tribunal de honor que le privó de su licencia de abogado y le impuso una indemnización a Springer de muchos miles de marcos.

Se gestaba por aquellos días la primera generación terrorista en torno a Andreas Baader, Gudrun Ensslin y Ulrike Meinhof. Participó Mahler el 14 de junio de 1970 en la liberación de Baader de la cárcel mientras trabajaba en una biblioteca universitaria. Un funcionario que le acompañaba resultó malherido, y los liberadores pasaron a la clandestinidad. Baader y Ensslin se fueron a Italia, donde los visitó Mahler. Juntos elaboraron el proyecto de la RAF, la creación de una guerrilla urbana en Alemania. El mes de junio, el grupo viajó a Jordania para recibir instrucción militar de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). La OLP se hartó de sus alumnos, que regresaron a Alemania. Allí iniciaron una serie de "expropiaciones", asaltos a bancos para financiar la lucha armada. La policía detuvo a Mahler en octubre de 1970 y un tribunal lo condenó por terrorismo a 12 años de cárcel en 1973.

En la cárcel, Mahler rompió con la RAF y pasó a militar en las filas de un grupúsculo maoísta. Su ruptura con el terrorismo fue real y se demostró cuando un comando del grupo terrorista anarcoide Movimiento 2 de Junio, la fecha de la muerte del estudiante Ohnesorg, secuestró tres días antes de las elecciones de Berlín al cabeza de la lista democristiana (CDU), Peter Lorenz. Los secuestradores exigieron la libertad de seis terroristas presos, el primero, Horst Mahler, que rechazó salir en libertad hacia Yemen.

En 1980, Mahler salió de la cárcel y consiguió de nuevo su licencia de abogado gracias a su nuevo defensor, un joven socialista que respondía al nombre de Gerhard Schröder y que en 1998 llegaría a ser canciller federal.

Mahler desapareció del mapa hasta su reaparición a finales de los noventa en círculos de ultraderecha. Ingresó en el neonazi Partido Nacional Democrático de Alemania (NPD), al que defendió con éxito de su prohibición ante el Tribunal Federal Constitucional. En el banco contrario se sentaba un compañero de los viejos tiempos del Colectivo Socialista de Abogados, el ministro del Interior Otto Schily, que había realizado una marcha tan larga como la de Mahler: de abogado de terroristas en los setenta a sheriff rojo en el Gobierno de Schröder en los noventa tras un periodo con los ecopacifistas Los Verdes.

No aguantó mucho en el NPD. Mahler rompió de nuevo, y desde entonces deambula por otros ambientes neonazis y de la ultraderecha alemana.

El periodista Stefan Reinecke, autor de una biografía sobre Schily, escribe sobre Mahler: "Quizá no sea Mahler un sujeto político en el sentido estricto. Quizá, al contrario de Schily, no sea dueño de su propia biografía. Mahler es más bien una especie de sismógrafo. Un médium que reacciona de manera extrema ante los cambios sociales. Un eco confuso, que se ahoga a sí mismo, de la historia de las catástrofes alemanas del siglo XX". -

Horst Mahler, en 1972, esposado durante el juicio en el que se le acusaba de terrorista, con su defensor, Otto Schily. A la derecha, en un acto en defensa del partido neonazi NPD celebrado en 2000.
Horst Mahler, en 1972, esposado durante el juicio en el que se le acusaba de terrorista, con su defensor, Otto Schily. A la derecha, en un acto en defensa del partido neonazi NPD celebrado en 2000.AP

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