"Hay cosas imposibles incluso para mí"

Recién terminado el Mundial de MotoGP de 2007, la pretemporada de 2008 ya está en marcha. La mayoría de los pilotos se reunieron esta semana, de martes a jueves, en el circuito de Jerez para seguir trabajando en las motos del año que viene. Entre ellos estuvo Valentino Rossi (Tavullia, Italia; 1979), quien, tras atravesar la temporada más dura de su vida, se desplazó al trazado andaluz para probar cómo le sientan a su Yamaha los neumáticos Bridgestone que calzará la próxima temporada. Tras el entrenamiento del miércoles, Il Dottore se encerró en el taller de su equipo y atendió a EL PAÍS.

Pregunta. ¿Cómo le ha ido en su primera toma de contacto con los neumáticos Bridgestone?

Respuesta. Bastante bien, aunque todavía es muy pronto y queda mucho trabajo por hacer. Más o menos, me he encontrado lo que esperaba. Lo mejor es que he podido rodar rápido desde el principio. Eso es muy importante. Mis tiempos ya son buenos, pero aún iré más rápido.

"Cuando pierdes, entiendes cómo piensa la gente y sabes quiénes son tus verdaderos amigos"

"El cambio de marca de neumáticos era un riesgo que tenía que correr"

"Los mejores pilotos somos yo, Stoner y Pedrosa. Decir en qué orden resulta un poco incómodo"

"El año que viene debo tener una moto rápida. Si no, valoraré la posibilidad de irme"

"Mi moto ha sido nueve kilómetros por hora más lenta que la Ducati. Demasiado"

"De Yamaha necesito más potencia, que trabajen mucho en el motor"

"No sabía que había tanta gente esperando que cometiera un error para joderme"

P. ¿Cómo ha afectado ese cambio a la moto?

R. Se nota sobre todo a la hora de acelerar porque ahora tengo más control. Lo mismo ocurre al derrapar. Antes, con los Michelin, cuando derrapaba, sufría demasiado y la moto entraba en crisis [se volvía impredecible].

P. ¿Será suficiente para volver a verle peleando por el título?

R. No; con eso sólo no bastará.

P. ¿Por qué, entonces, decidió cambiar?

R. Teníamos que cambiar algo para encontrar nuevas motivaciones. Los últimos dos años con los neumáticos Michelin nos han resultado muy difíciles. Pero ahora le toca a Yamaha, que tiene mucho trabajo por delante. Esta temporada lo hemos pasado muy mal con los cambios que ha incorporado el reglamento, con la limitación a 21 litros de gasolina. Además, la moto se ha roto en varias carreras y en las otras se ha mostrado demasiado lenta. El cambio a Bridgestone es un paso adelante, pero queda un largo camino que recorrer.

P. ¿No es un poco arriesgado ser el único piloto de Yamaha que monta neumáticos Bridgestone?

R. Puede que sí lo sea, pero era un riesgo que tenía que correr.

P. Cuando usted se marchó de Honda y fichó por Yamaha, en 2004, quiso demostrar que el que ganaba era el piloto, usted, y no la moto. ¿Por qué ahora ya no puede marcar esa diferencia?

R. Porque estas motos son mucho más fáciles de pilotar que las mil de entonces. Hay muchos pilotos que pueden rodar rápido y es mucho más difícil marcar la diferencia. Ahora hay once tíos separados por ocho décimas y antes no era así. Pero, sobre todo, porque he tenido muchos problemas con los neumáticos, que no me han dejado conducir como yo sé.

P. Ya, pero su Yamaha de entonces también era inferior a la Honda y, sin embargo, ganó.

R. Es verdad, pero no era tan inferior como ahora. En algunos circuitos, mi moto ha sido nueve kilómetros por hora más lenta que la Ducati. Eso es demasiado. Hay cosas imposibles incluso para mí [se ríe].

P. En el resultado global, ¿qué parte de culpa le corresponde a usted y qué parte a la moto?

R. Yo cometí un error grave en Sachsenring (Alemania), donde me caí. Eso fue culpa mía. Pero después aparecieron muchos problemas de los que no fui responsable. Es difícil decir quién tiene más parte de culpa, pero, por ejemplo, en Valencia, salí a correr con una mano rota sólo para sumar algún punto y conseguir el subcampeonato. Y también allí falló la moto. Por eso estaba tan rabioso.

P. Llegó a proclamar que Valentino Rossi no podía pilotar una moto como aquélla...

R. En Valencia tenía que hacer algo así [mueve las manos como quien agita una coctelera] porque buscaba una reacción inmediata por parte de Yamaha. Yo me fío al ciento por ciento de ellos, y lo saben. Pero ahora les toca hacer algo más.

P. ¿Y qué espera que hagan?

R. Necesito más potencia, que trabajen mucho en el motor. En Yamaha creen mucho en este motor y consideran que hay margen de mejora. Y también hay que mejorar el consumo. Los demás sacan mayor provecho de los 21 litros de gasolina de los depósitos debido a que su electrónica es mejor que la nuestra. En este aspecto, nuestra moto está anticuada respecto a la Ducati.

P. ¿Le gustaría que se prohibiera el control de tracción en MotoGP?

R. ¡Y tanto! Si eso ocurriera, conducir estas motos tan potentes sería mucho más complicado y sería el piloto quien marcara la diferencia. Sin el control de tracción, la habilidad de cada uno al abrir el acelerador sería determinante. Y, precisamente, el control del gas ha sido siempre una de mis principales cualidades.

P. ¿Se planteó dejar Yamaha?

R. No con vistas a 2008 porque tenía un contrato firmado. Además, Yamaha se merece otra oportunidad. El cambio de reglamento nos ha afectado a todos y puedo entender lo que ha pasado como algo más o menos normal. Pero el año que viene debo tener una moto rápida porque, de lo contrario, valoraré la posibilidad de irme.

P. ¿Hasta qué punto le afectó dentro de la pista lo que le ocurrió fuera de ella [la Hacienda italiana le reclama 112 millones de euros por fraude fiscal]?

R. Naturalmente que me afectó. Sobre todo, en la carrera de Brno (República Checa) porque no estuve tranquilo. Pero luego, en Misano, volví a pilotar bien, a estar en forma y en condiciones de entrar en el podio. Al final, tuve otros problemas que lo impidieron [el motor de la moto se rompió y tuvo que abandonar].

P. ¿Y cómo está la cosa en este momento?

R. Se resolverá pronto. Estamos discutiendo. Es importante que las cosas se solucionen antes de que comience el próximo campeonato.

P. ¿Es la situación más difícil a la que se ha enfrentado?

R. Sí, pero sobre todo por lo que se llegó a escribir en Italia sobre mí. No sabía que había tanta gente esperando que cometiera un error para joderme. Lo que más me ha fastidiado es la cantidad de falsedades que se han dicho. Lo demás son cosas que pueden ocurrir.

P. Este año tendrá un nuevo compañero de equipo, Jorge Lorenzo. Le admira muchísimo. Dice que, para él, usted es Dios. ¿Está listo para meterse en MotoGP?

R. Lorenzo es un gran talento. Siempre ha rodado muy rápido y ha ganando dos Mundiales en una categoría (250cc) en la que tenía muchos adversarios. Me gusta como compañero y, además, estoy seguro de que este año ya será muy competitivo.

P. ¿Preferiría que Yamaha hubiera contratado a otro en vez de a él?

R. No.

P. Hablando a nivel de pilotaje e incluyéndose usted, ¿quiénes son, por orden y según su criterio, los tres mejores pilotos que hay en MotoGP?

R. Yo, Stoner y Pedrosa. Decir en qué orden es un poco incómodo porque, si respondo yo, me meteré a mí el primero y ellos harán lo mismo. Los que vamos más fuerte somos nosotros tres.

P. ¿Qué le parece la nueva Honda, con la que ya se han entrenado Pedrosa y Hayden?

R. Es muy buena moto. Ayer [el martes] pude seguir a Dani durante algunas vueltas y me impresionó. Sobre todo, el chasis. La antigua era un poco nerviosa, pero ésta me parece muy estable. La estabilidad es una cualidad que las Honda siempre han tenido. Con vistas al año que viene, creo que el conjunto Pedrosa-Honda-Michelin será igual de peligroso que el Stoner-Ducati-Bridgestone.

P. ¿Qué opina de las desavenencias entre Pedrosa y Honda?

R. No es fácil estar en Honda. Los japoneses son muy duros. Creo que llegó un punto de la temporada en el que Pedrosa estaba convencido de que quería neumáticos Bridgestone para la próxima temporada y que hizo saber a Honda que, si no cambiaba de suministrador, se marcharía. Luego, lo pensó mejor y acabó por quedarse. En cuanto a la moto, la de este año no era muy buena. Normalmente, las Honda van mejor. Pero la del año que viene será más competitiva.

P. Lleva dos años sin ser campeón. ¿Qué lectura hace de ello?

R. He aprendido muchas cosas y he crecido. Cuando ganas, es todo más fácil. En cambio, cuando pierdes, entiendes cómo piensa la gente y sabes quiénes son tus verdaderos amigos y quiénes no. Pero estoy contento porque la gente me quiere.

P. ¿Cambiaría algo de lo que ha hecho?

R. Es inútil darle vueltas a los errores que ya no se pueden arreglar. Los que corremos en moto nos equivocamos alguna vez. Le sucede a todo el mundo.