Susana Fortes se interna en la novela histórica

En ocasiones, una noticia en prensa es algo más que una información perecedera. Para la escritora Susana Fortes, lo fue un artículo aparecido en este diario que relataba el descubrimiento, por parte de un investigador americano, de la correspondencia secreta de un asesino de hace más de 500 años. Aquella historia, que remitía a un suceso histórico ocurrido en la catedral de Florencia el 26 de abril de 1478, cuando un grupo de conjurados desató una de las carnicerías más crueles que ha vivido Italia en su historia, impactó a la novelista. Unos meses después, viajó a Florencia para realizar un reportaje para el suplemento El Viajero, que publica los sábados EL PAÍS, y se sintió impresionada, mientras visitaba la galería de los Uffizi, por "los detalles escabrosos de aquella matanza". La escritora nunca se había internado en el terreno de la novela histórica pero "el azar" la llevó. Tanto que le permitió unir dos de sus "pasiones: la novela negra y la historia", explica. Así surgió Quattrocento, el libro que la escritora gallega afincada en Valencia acaba de publicar en la editorial Planeta.

La nueva novela de Fortes juega con dos planos narrativos: el que traslada al lector a la Florencia del siglo XV, "la ciudad más vibrante de Europa", en palabras de la autora, y el de una historiadora que prepara una tesis doctoral en 2005, meses antes de la muerte de Juan Pablo II. Entre ambos se establecerá una relación que, como subraya la novelista, "hace que la realidad supere a la ficción". Para ello, convirtió a la protagonista de la novela en "una detective más que en una historiadora", porque "los historiadores son detectives del tiempo", cuenta Fortes, que eligió el thriller como género narrativo porque "es el mejor hilo conductor para unir los elementos de la investigación histórica utilizando una metodología que no se hace aburrida para el lector".

Quattrocento supone el debú de Susana Fortes en la novela histórica, un género del que le interesa "esa vertiente que utiliza la documentación para narrar y que nunca falta al rigor". Y lo hace remontándose a la Florencia de los Médicis porque confiesa sentirse "fascinada" por una ciudad que "lo tenía todo, arte, moda y arquitectura".