El asesino de Águeda la mató tras días de secuestro

Investigadores y peritos tomaron la palabra en la segunda sesión del juicio contra el presunto asesino de Águeda González, y sus revelaciones van aportando nuevas conclusiones en el esclarecimiento de las circunstancias que rodearon la trágica muerte de la muchacha de Baiona.

Ayer por la tarde, los médicos forenses que realizaron la autopsia al cadáver contradijeron la versión del único acusado, Francisco Javier R. B. En su opinión, Águeda no murió el mismo día de su desaparición, el 11 de enero de 2006, sino que los signos revelan que murió unos días después. Sus restos se hallaron el 19 de enero.

Los peritos que elaboraron los informes científicos confirmaron en su declaración que no hallaron síntomas ni pruebas en el cuerpo de la joven que revelasen que hubo agresión sexual, pero sí corroboraron que encontraron sangre del acusado en las uñas de Águeda, lo que demuestra que la joven se defendió durante la agresión.

Por su parte, los agentes de la Guardia Civil y de la Policía Judicial afirmaron que el imputado fue la última persona con la que contactó la víctima antes de su desaparición. Desde que los investigadores obtuvieron este dato, las pesquisas se centraron en él. Los agentes manifestaron que confesó los hechos en su primera declaración. Tras ser interrogado en el cuartel de la Guardia Civil en Baiona y después de comprobar que carecía de coartada, el sospechoso quedó detenido.