"A veces no había nada para comer"
Dos mecánicos ayudaban a Nieto en sus viajes en furgoneta, lejos del 'motorhome' de 100.000 euros de Lorenzo
Hace dos semanas, en el circuito de Cheste, en Valencia, Jorge Lorenzo estrenó oficialmente su nueva Yamaha de MotoGP. Fue en los primeros entrenamientos de la pretemporada, sólo dos días después de haber cerrado su etapa como piloto de 250cc, categoría de la que es bicampeón. "Cuando me metí en el box de Yamaha aluciné. Esto es otro nivel. Los biombos estaban forrados de pantallas planas, todos los mecánicos iban uniformados, y mi nueva moto estaba allí, presidiendo, como en un altar", se sorprendió el mallorquín, que está disfrutando cada milésima de este nuevo horizonte como si fuera el último de su vida. Es cierto, la dimensión del equipo más discreto de MotoGP es 100 veces mayor a la cualquiera del dos y medio e incomparable con la mejor escudería de 125cc.
Sin embargo, este contraste adquiere una dimensión gigantesca si se confrontan las condiciones en que se compite actualmente con las que había hace 30 años, cuando Ángel Nieto situó el motociclismo español en un primer plano. No tanto por las motos, que ya volaban entonces a más de 200 km/h, pero sí por la peligrosidad de los trazados por donde se disputaban las carreras. "Corríamos en circuitos mortales, espeluznantes. Más que ganar, uno tenía que procurar no caerse", asegura Nieto. "Había sitios en los que, si te ibas al suelo, podías acabar aplastado en la pared de una casa o metido en el comedor", asegura el ex piloto, trece veces campeón del mundo, reciclado ahora a comentarista televisivo.
Hoy en día, Dorna, la empresa organizadora del Mundial, se esmera en reducir al mínimo el riesgo de los pilotos. Las escapatorias son cada vez más amplias y las curvas están forradas de Airfence, unas protecciones que amortiguan el impacto del piloto que llega hasta ellas. "No había un año que no muriera alguno", explica Nieto, que puede dar fe de cómo han cambiado las circunstancias que envuelven al motociclismo. Mientras él viajaba con dos mecánicos de Derbi, por toda Europa, metido en una "furgona" y con sus dos motos dentro, Lorenzo lo hace cómodamente en avión, en clase business, y cuando llega al circuito sus mecánicos (tiene siete para él sólo) ya le han dejado sus motos listas para que pueda darle al mango. Hasta este año se hospedaba en hoteles, "mucho más cutres que los que había antes", asegura el zamorano. Pero, "de cara al año que viene ya me he comprado un motorhome de segunda mano", explica el motorista. "Es mucho más cómodo que dormir en el hotel. El domingo, el día de la carrera puedes levantarte un poco más tarde porque ya estás dentro del circuito", argumenta Giorgio, que se ha dejado más de 100.000 euros en su nueva casa con ruedas. Los más equipados, como el de Valentino Rossi, pueden valer más de 300.000.
Otro de los ejemplos más evidentes de la diferencia entre una y otra época lo mide el estómago. "Cuando estábamos metidos en el circuito", dice Nieto, "había días que no comíamos porque no había nada. Otras veces, salíamos a los chiringuitos de fuera a comer alguna salchicha de frankfurt". En cambio, hoy en día, el equipillo más modesto tiene una carpa, una zona con mesas para comer y un cocinero que acompaña al equipo. Por no hablar de los Hospitalities de los equipos más potentes, que ofrecen a los pilotos y a sus invitados VIP las exquisiteces más selectas. "El de Yamaha es impresionante", se relame Lorenzo.
El ganador de 12+1 títulos
- Ángel Nieto nació el 25 de enero de 1947 en Zamora.- Su palmarés incluye 13 títulos mundiales, seis de 50cc y siete de 125cc entre 1969 y 1984, aunque por superstición siempre habla de 12+1 títulos.- En su época ya corría a más de 200 kilómetros por hora, pero en trazados más peligrosos: "Había sitios en los que, si te ibas al suelo, podías acabar aplastado en la pared de una casa o en el comedor".
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