"En EE UU no comía lo adecuado"

Marc Gasol (Barcelona, 1985) es la sensación de la ACB. Campeón mundial y subcampeón europeo con España, ha mejorado sus números y se ha convertido en el jugador más destacado del torneo y en el referente del Akasvayu Girona: 32 minutos, 17,6 puntos (el mejor anotador de la Liga), 6,4 rebotes y 1,9 asistencias de media. El próximo año quedará libre y deberá decidir si da el salto a la NBA.

Pregunta. Está jugando mejor que nunca. ¿A qué se debe?

Respuesta. Es una cuestión de confianza. De confianza en mí, de que confían en mí porque estoy jugando un promedio de diez minutos más que la temporada pasada y de que el equipo juega a buen nivel. Perdimos contra el Barça en la prórroga, siempre un cara y cruz, y en Murcia sufrimos un tropiezo con el que no contábamos, pero eso forma parte del baloncesto.

"Desaparezco menos porque estoy mejor físicamente y tengo más responsabilidad"

"No tengo claro ir a la NBA. Lo importante es trabajar el presente para depender de ti"

P. ¿Cómo asimila ser el jugador más destacado de la Liga con esas derrotas?

R. La sensación es dura. No es ni agridulce. Te sientes muy raro porque has perdido y el resultado del equipo está por encima de tu actuación individual.

P. ¿Ha cambiado muchas cosas la llegada de Pedro Martínez al banquillo del Akasvayu?

R. El planteamiento es diferente. La defensa es individual y agresiva y los españoles somos los que debemos marcar la línea. De todas formas, todo está inventado y depende mucho de la voluntad, el trabajo y el grado de implicación de los jugadores. Pedro me ha pedido que trabaje como el que más, algo obvio porque soy el más joven.

P. Hace un año comentaba que debía mejorar en ser constante y no tener lagunas en un mismo partido.

R. Intento trabajar en ese aspecto. Ahora desaparezco menos porque tengo más responsabilidad y estoy físicamente mejor que nunca. Me noto bien y aguanto perfectamente a pesar de que estoy en la cancha muchos más minutos.

P. ¿Cómo lo ha logrado?

R. Me cuido bastante. Sigo a rajatabla los consejos de los médicos del Akasvayu y de la selección y trabajo con el preparador físico del equipo. Otros aspectos importantes son los hábitos cotidianos. Me cuido mucho antes y después de los partidos, mi alimentación... Es básico porque por mi morfología [2,15 metros y 127 kilos], mis piernas y mis pies pueden sufrir mucho.

P. ¿Tan básico ha sido el cambio de alimentación?

R. En Estados Unidos no comía de forma adecuada [llegó a los 140 kilos]. Durante los dos últimos años vigilo más este aspecto. Le estoy muy agradecido a Ricard Casas [entrenador del Menorca y ex técnico de la selección sub 20]. Me dijo que los hábitos son muy importantes. Aquella frase me quedó marcada.

P. ¿Y quién cocina?

R. Mi compañera. Y yo cuando estoy en casa. Hacemos muchas verduras a la brasa; carne, pero sólo pollo y conejo; ensaladas y pescado sin arroz. Soy fan de la comida japonesa.

P. Sus estadísticas en puntos y rebotes son estupendas. ¿Le llama la atención otro apartado?

R. No creo mucho en las estadísticas. Me han comentado que soy el tercero en mates en la ACB [con 1,17 por partido, sólo le superan el eslovaco Rancik y el estadounidense Moss]. Me sorprende porque no he destacado nunca en esa faceta. No soy un portento físicamente y seguro que nunca me presentaré a un concurso de mates.

P. ¿Cómo se explica su vertiginosa progresión?

R. Mejoro gracias a la constancia. No existe una razón única. Soy proclive a los problemas de estabilidad por mi estatura. Así que tengo que trabajar mucho en ese sentido. Lo he hecho especialmente este verano.

P. El seleccionador, Pepu Hernández, comentó que debía mejorar sus movimientos de pies, ser más bailarín.

R. Sí, voy mejorando. Pero no me presentaré al concurso Mira quién baila.

P. ¿Ve los partidos de la NBA?

R. Lo que puedo, a pesar de que me quita horas de sueño. Pero vale la pena.

P. ¿Qué opina de la situación de los Lakers, que le eligieron en el puesto 48 del último draft?

R. Está claro que todo se mueve alrededor de una superestrella [Bryant]. No puedo opinar.

P. ¿Cuál es su situación contractual? ¿Se irá a la NBA?

R. Cuando acabe la temporada, quedaré libre. Tal como está el baloncesto, es importante. Es bueno poder elegir para estar en el lugar donde crees que puedes ser más feliz. No tengo claro que vaya a ir a la NBA. Lo más importante es trabajar el presente para poder depender de ti mismo. Si piensas más allá, no funciona porque las cosas cambian mucho de un día para otro.

P. Usted vivió en Memphis durante dos años. No tendría problemas de adaptación.

R. Viví muy de cerca la competición y no me sorprendería nada lo que pudiera encontrarme. Es despiadada. Los jugadores muerden para ganar dinero. Allí son tratados como unos ídolos, mucho más que aquí. Y tú llegas de fuera y debes luchar por hacerte un hueco. Es muy duro. Pero, al menos, el tema del idioma sí lo tengo bastante dominado.