Una novela sobre Manolete, Premio Fernando Quiñones

Joaquín Pérez Azaústre (Córdoba, 1976) ha entrado en la habitación de Manolete. Ha descubierto al torero, le ha dado una nueva vida, y con esta historia se ha hecho con el premio Unicaja de Novela Fernando Quiñones. La suite de Manolete, una mezcla de biografía y ficción, ha llevado al escritor a recibir uno de los galardones con los que se siente más vinculado sentimentalmente: por Fernando Quiñones.

Una integrante del jurado destaca las influencias de Hemingway

Joaquín Pérez Azaústre (Córdoba, 1976) ha entrado en la habitación de Manolete. Ha descubierto al torero, le ha dado una nueva vida, y con esta historia se ha hecho con el premio Unicaja de Novela Fernando Quiñones. La suite de Manolete, una mezcla de biografía y ficción, ha llevado al escritor a recibir uno de los galardones con los que se siente más vinculado sentimentalmente: por Fernando Quiñones, cuya literatura admira Pérez Azaústre, y por Manolete, su gran fascinación desde que de niño su abuela lo llevaba a pasear al Barrio de los Toreros de Córdoba.

"El primer tentadero que tuve fue en 1998 con un relato largo, un proyecto inacabado. Hace dos años recuperé mi pasión manoletiana y me puse a trabajar", cuenta el ganador, que aún no ha podido celebrar el premio porque guarda cama con 40 de fiebre. La enfermedad, sin embargo, no rebaja ni un grado el entusiasmo con el que habla del protagonista de su novela: "un torero que es algo más, un misterio que sintetiza la personalidad de Córdoba".

La suite de Manolete arranca con la rutina de un personaje que se lanza a escribir una biografía del matador. "Tengo periódicos de la época, libros... He tratado de ser fiel a los datos históricos, aunque no pretende con el libro ofrecer una visión academicista de su vida, sino ofrecer mi visión".

Las dos tramas y los dos momentos "conforman un juego de dependencias". Se entrelazan en una novela de corte policíaco, según el propio escritor, en la que los diálogos asumen un papel protagonista. "Es ahí donde se desvelan las claves de los personajes y de las tramas, hay que tener cuidado para no derramarse para que la información se dé en la justa medida". En síntesis, unos diálogos enérgicos, como los que Pérez Azaústre encuentra en los relatos de Hemingway.

Una de las integrantes del jurado, Juana Salabert, ganadora de la pasada edición del premio, ha señalado las influencias en la historia, precisamente, de este autor. El novelista lo agradece, pero matiza: "No soy su heredero, aunque creo que es el escritor con el que más estoy en deuda".

El premio Fernando Quiñones, dotado con 30.000 euros, permitirá a Joaquín Pérez Azaústre seguir viviendo de sus palabras. El cordobés reside en Madrid, donde primero se mantuvo gracias a una beca de la Residencia de Estudiantes, y desde hace dos años se dedica exclusivamente a sus obras y a sus colaboraciones en prensa. Es, entre otros, premio Adonais de Poesía, premio Fundación Loewe de Creación Joven, y fue distinguido con un accésit del Jaime Gil de Biedma.

La finalista de esta edición ha sido Empar Fernández Gómez (Barcelona, 1962), con su obra El loco de las muñecas. "Una novela muy sugerente y urbana", según la directora de Alianza Editorial, Valeria Ciompi, que arranca con la aparición de un hombre muerto en un barrio barcelonés de chabolas entre cientos de muñecas. La autora, trabaja como profesora de secundaria y es columnista.