La derecha liberal repite victoria en Dinamarca
Rasmussen no necesitará el apoyo del partido que favorece la inmigración
El liberal danés Anders Fogh Rasmussen, de 54 años, obtuvo ayer el tercer mandato electoral que buscaba, al conseguir su bloque centroderechista más sufragios y escaños que la oposición encabezada por los socialdemócratas. Con el 23% escrutado, alcanzaba los 90 escaños, la mayoria exacta en el parlamento, con el apoyo del Partido Popular Danés, lo que le ahorrará recurrir a la Nueva Alianza del sirio nacionalizado danés Naser Khader, novel fuerza centrista que irrumpe en la escena danesa con cinco escaños, que discrepa de la dureza de la política migratoria de Rasmussen.
El resultado abre la perspectiva de una legislatura corta, dice Kjaersgaard
Los daneses han preferido tomar la mano firme del veterano Rasmussen
Rasmussen adelantó las legislativas previstas para 2009 pensando que la euforia económica en que vive Dinamarca -el mayor problema es la falta de mano de obra- se traduciría en votos y escaños y le daría mayor margen de maniobra política. Ha triunfado y anoche celebraba su tercer mandato de Gobierno desde la gran victoria que en 2001 acabó con el histórico dominio socialdemócrata.
Tras horas de incertidumbre sobre el resultado, pudo respirar. Aunque su Partido Liberal perdió votos, junto con el Partido Conservador más su aliado popular, que no forma parte del Gobierno, obtuvieron 90 actas, la mayoría absoluta en una Cámara de 179 escaños. No dependerán de la buena voluntad del partido de Khader, creado en mayo precisamente para contrarrestar la excesiva influencia de Partido Popular sobre Rasmussen.
La coalición liberal conservadora de Rasmussen más el Partido Popular Danés contaban con 94 escaños en el Parlamento saliente, frente a los 81 del tetrapartito encabezado por los socialdemócratas, que a pesar de los esfuerzos de Helle Thorning-Schmidt, repitieron ayer, según los mismas proyecciones, con lo que cayó por el suelo la ambición de la joven socialdemócrata, casada con un hijo del que fuera líder laborista británico Neil Kinnock, de convertirse a sus 40 años en la primera mujer jefe de Gobierno en Dinamarca.
Los politólogos explicaban anoche que el carisma de Throning-Schmidt (convirtió a su partido en el más votado) no ha sido suficiente para contrarrestar a ojos de los votantes su insuficiente experiencia política y que a la hora de pensar en la cartera -han sido los impuestos, el Estado de bienestar y la emigración los temas de la campaña, en la que el futuro de la UE o la presencia militar en Afganistán han estado ausentes- los daneses han preferido tomar la mano firme y contrastada del ya veterano Rasmussen, con sus promesas de que los anunciados recortes en los impuestos no irán en detrimento de la calidad vida.
De confirmarse los 90 escaños el primer ministro se ahorrará los esfuerzos para ahormar los intereses difícilmente conciliables el Partido Popular Danés y de la Nueva Alianza, ya que los extremistas, grandes abanderados de la lucha contra la inmigración, han anunciado que no van a ceder en el rigor que hasta ahora han exigido al Gobierno, mientras los centristas de Khader reclamaban más flexibilidad con los recién llegados, mayores ayudas al desarrollo y retoques fiscales al alza.
"Tomamos nota de lo que han dicho los electores, pero no va a ser fácil
[tratar con la Nueva Alianza] porque no vamos a renunciara a nuestras prioridades", adelantó anoche el vicepresidente popular Kristian Thulesen Dahl, para quien está claro que buscar el apoyo de Khader producirá inestabilidad en el futuro Gobierno de Rasmussen.
La líder del partido, Pia Kjaersgaard, había adelantado que, pese a su disposición a colaborar con Khader si hacía falta, "no será fácil tarea", lo que "abre la perspectiva de una legislatura muy corta y nuevas elecciones".
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