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Crónica:12ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

Leo Franco detiene el baile

El portero del Atlético, que paró un penalti, y los palos evitan la victoria de un gran Almería

Le dieron al Atlético. Duro, además. Incansable, el Almería le buscó, le encontró y a ratos le bailó. Salió indemne el Atlético por la nula puntería de su rival, por seis intervenciones de mérito de Leo Franco y porque, donde no llegó su portero, llegaron los palos. Sólo asustaron los de Aguirre cuando el balón cayó en los dominios del inefable Agüero. Más allá del Kun, el equipo tuvo un cierto aire fantasmal.

Dos minutos de partido: Negredo remata a la media vuelta tras la habitual caraja defensiva del Atlético y el balón roza el poste. Cuatro minutos: Leo Franco se luce en una falta lanzada por Melo. Nueve minutos: el portero detiene una falta de Negrero. Doce minutos: disparo de Crusat, Leo Franco despeja acrobáticamente y Negredo envía fuera. Así arrancó el choque, en una sola dirección, golpeado el Atlético hasta reventar, sin saber por dónde le llegaba la marabunta, sin enterarse de nada.

ALMERÍA 0 - ATLÉTICO 0

Almería: Cobeño; Bruno, Carlos García, Acasiete, Mané; Juanma Ortiz (José Ortiz, m. 74), Melo, Soriano (Juanito, m. 83), Crusat; Uche (Corona, m. 65) y Negredo. No utilizados: Diego; López Rekarte, Pulido y Natalio.

Atlético de Madrid: Leo Franco; Seitaridis (Eller, m. 46), Pablo, Perea, Antonio López; Cleber, Maniche; Reyes (Luis García, m. 60), Maxi, Simao (Motta, m. 74); y Agüero. No utilizados: Abbiati; Pernía, Valera y Jurado.

Árbitro: Pérez Burrull. Amonestó a Mané, Bruno, Seitaridis, Perea, Cleber, Carlos García, Juanito y Agüero.

Unos 17.000 espectadores en el estadio de los los Juegos del Mediterráneo.

El Almería cayó en la desesperación porque no ganar era una broma Aún le pudo ir peor con aquella falta que Antonio López clavó en el larguero

Quién le iba a decir al Atlético que la ausencia de Raúl García le dejaría cojo. Y mudo de fútbol. No era el ex osasunista un futbolista llamado a empresas mayores, pero lo cierto es que, sin él, el equipo mostró la peor puesta en escena que se le recuerda. Cleber, que ejerció de medio centro, se convirtió casi en un tercer central, dejando la salida del balón a Maniche. Dado que el portugués será muchas cosas pero no omnipresente, el equipo se partió en dos. Cogió el Atlético aire gracias a una delicia de Agüero, que asustó a su marcador con un movimiento de cadera, le mandó al infierno con un regate y la puso atrás, para que Maniche disparara de mala manera. El balón volvió a caerle al Kun, que marcó en fuera de juego.

Ocurre que, para sorpresa general, el Almería juega. Y muy bien. Lo hizo en el Bernabéu, lo hizo en el Camp Nou y lo hizo ayer. No ganó ninguno de los tres partidos. Lo de ayer entra en el terreno de lo esotérico. Pudo conseguirlo en la arrancada de Crusat que frenó Seitaridis a las bravas, atropellándole. El penalti lo lanzó Melo y a partir de ahí ocurrió de todo: Leo Franco despejó su lanzamiento, Negredo cabeceó el rechace y se encontró, de nuevo, con Leo Franco, quien volvió a desviar la pelota en dirección a Uche, que disparó flojo, a las manos, por supuesto, de Leo Franco. La jugada era gol o gol, tres ocasiones al precio de una. No fue nada.

Al instante, Emery, técnico del Almería, saltó del banquillo para alentar a los suyos. Contagiado quizá del ánimo, Ortiz se escapó de Seitaridis, que no estaba para muchas batallas, centró y Uche metió la puntera para mandar la pelota al larguero. Que el Almería no ganara el partido era una broma.

Movió pieza Aguirre para acabar con el zarandeo que sufría su equipo y acertó. Sentó a Seitaridis, que empezó tocado y acabó hundido, y llevó a Perea a la banda y a Eller al centro. Acertó en todo. El cansancio, y quizá la incredulidad, bajaron el ímpetu del Almería. El Atlético comenzó a vivir más tranquilo y se estiró en busca de Agüero, cuyas apariciones anunciaban algo grande. Pero se vio solo el Kun, recibiendo siempre de espaldas, sin su inseparable Forlán. En éstas que el Almería lo intenta de nuevo, con Negredo penetrando para lanzar al poste, con Uche recogiendo el rebote y estrellándolo en el pecho de un defensa que andaba bajo el larguero, con la desesperación, en fin, pintada en el rostro. Ahí murió el conjunto local, estrellado en la madera, el infortunio y Leo Franco. Y aún le pudo ir peor, con aquella falta del minuto 93 que Antonio López clavó en larguero, en lo que fue el único acto de justicia del partido.

Negredo lamenta una de las múltiples ocasiones perdidas.
Negredo lamenta una de las múltiples ocasiones perdidas.EFE

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