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En 2012, Televés pondrá la antena

La empresa se prepara para liderar la alta definición tras el apagón analógico

La televisión del futuro se inventa en Galicia. En el laboratorio de desarrollo de Televés, junto al psiquiátrico de Conxo, en Santiago, las neuronas de 70 ingenieros de telecomunicaciones entran en ebullición a ver si cocinan una idea. Aquí no se oye nunca un eureka, en esta empresa no se producen explosiones de ánimo. Cualquier proyecto recién parido es dudoso por definición, hasta que pasan varios meses y se puede demostrar que vale la pena fabricarlo en serie.

El dividendo digital generará en Europa un negocio de 2,9 billones de euros
Un departamento se dedica en cuerpo y alma a inventar la casa inteligente

Estos 70 ingenieros, y el resto de la plantilla, hasta 900 almas, se preparan calladamente para comerse el mercado europeo de la televisión en 2012, el año previsto para el apagón analógico. Entonces, toda la televisión será digital y se liberará "un montón de espectro", explica José Luis Fernández Carnero, director de estrategia del grupo.

Ese espectro, el llamado dividendo digital, generará un negocio en Europa de 2,9 billones de euros y "habrá una pelea enorme" para ese ancho de banda que va a quedar libre. "Nosotros tendremos productos para invadir ese mercado, tanto para la televisión de alta definición como para la televisión móvil", asegura Fernández Carnero. "Televés ya es pionera, un referente en alta definición", presume.

En lo que respecta al negocio de la distribución de telecomunicaciones en las viviendas, es decir, las antenas, esta empresa que nació en la rúa do Vilar en 1958 es la tercera del mundo, o la primera en 70 países. Ahora, el "desafío" es continuar siéndolo en la era de la televisión digital de alta definición llevando la señal a todos los hogares.

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Para eso, Televés diseña en su laboratorio de receptores de DVB-T2, el sistema elegido por Europa para sustituir el actual servicio DVB-T, adoptado de forma transitoria hasta que concluya, en 2012, el paso de la televisión analógica a la digital.

La empresa que fundó con dos amigos el farmacéutico santiagués Ricardo Bescansa después de un revelador viaje a Portugal (cuando TVE apenas empezaba sus pruebas de emisión en Madrid) es ahora miembro de los foros europeos en los que se decide la televisión del futuro. Televés forma parte de la Digital Video Broadcasting, el Digital Terrestrial Television Action Group y otras cinco organizaciones del sector, y en este sentido juega con ventaja.

Pero el futuro empieza a estar ya demasiado cerca y la carrera por el primer puesto va contra el reloj. Si se habla de la televisión móvil, conocida oficialmente como DVB-H, hoy Alemania, Italia, Finlandia y Albania ya pueden realizar emisiones comerciales porque en su espectro han previsto la codificación que permite dar servicio a este tipo de receptores. Televés aguarda a que el Gobierno español tome la misma decisión, y entonces lanzará sus receptores. En España, al menos, antes que nadie.

Pero al mismo tiempo, en el laboratorio de desarrollo que posee en Conxo el grupo Televés -formado por 14 empresas, todas ellas de Santiago y municipios limítrofes-, existe un departamento dedicado en cuerpo y alma a inventar la casa inteligente, la otra línea en la que aspira a crecer la marca gallega. En el apartado de domótica del hogar se desarrollan todo tipo de aparatos para controlar, vía internet, el propio domicilio, ahuyentar a los ladrones desde kilómetros de distancia o dar órdenes a los electrodomésticos.

"En el hogar digital de Televés tenemos sensores de todo tipo e intercomunicamos la videoportería con las redes de telefonía y televisión", asegura el responsable del departamento de "preserie", encargado de demostrar que todas estas cosas se pueden fabricar en cantidades industriales y, pese a ello, seguir funcionando bien.

"Y todo esto, aunque parezca increíble, negándonos a pisar China. Fabricando aquí todos los elementos". Salvo los microchips que conforman las tripas de muchos de sus ingenios, Televés elabora cada pieza, plástica o metálica, con moldes propios. Todo se diseña en casa y todo se prueba en otro de sus laboratorios, el llamado Ladetel, el único que en Galicia realiza tests de homologación y certificación (según las exigencias de la UE) en los sectores de la electrónica y las telecomunicaciones.

Instalado en el barrio de A Rocha, puede ser utilizado por cualquier empresa del ramo y realiza pruebas que, a ojos de los no iniciados, resultan espectaculares. En el Ladetel, por ejemplo, se someten los aparatos a una corrosión de 15 años, en una máquina que recrea seis meses de niebla salina en un solo día. Y también se reproduce la radiación solar, ruidos atronadores, vendavales, rayos de tormenta, descargas eléctricas de 30.000 voltios o caídas repentinas del voltaje. Hasta las vibraciones del viaje de un camión de Televés a Barcelona, para probar si el embalaje protege bien la mercancía. E incluso cambios radicales de temperatura, entre -80 y +180 grados centígrados, para que los videoporteros de Televés sean lo único del edificio que sobreviva al incendio.

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