Tiroteado en Tetuán un hombre de 30 años que permanece en estado crítico

Un hombre de unos 30 años, de nacionalidad española y cuya identidad no fue facilitada anoche, se encontraba ayer en estado crítico tras ser tiroteado en el distrito de Tetuán. La víctima recibió al menos un disparo en la cabeza, que le entró por la sien derecha, según informó un portavoz de Emergencias Madrid.

Los hechos ocurrieron a las 21.30 en el número 20 de la calle de Carmen Montoya, en una vía perpendicular a la avenida de Asturias y muy cerca de plaza de Castilla. La víctima había entrado con su coche (un Mercedes deportivo descapotable gris) junto con su novia en el garaje de este inmueble del Instituto de la Vivienda de Madrid (Ivima). Según las primeras investigaciones, dentro de encontraba un hombre que efectuó al menos tres disparos.

"¡Sal corriendo!, ¡sal corriendo!", le gritó la novia. El hombre logró escapar desde la segunda y última planta del aparcamiento hasta la calle. Sin embargo, su agresor le alcanzó y le descerrajó un disparo que le alcanzó en la zona parietal derecha. Algunos vecinos hablan de que oyeron dos detonaciones.

"El chaval estaba muy mal. Cuando he llegado, estaba convulsionando, dando golpes. Enseguida nos han tirado una manta desde el cuarto piso. Entonces ya no se movía", explicó un vecino de la zona que estaba jugando una partida de cartas en un bar cercano. "Enseguida ha salido la novia que ha empezado a chillar. No paraba de llorar. No la hemos dejado que se acerque a él, que estaba sangrando mucho por la cabeza. El resto del cuerpo lo tenía completamente limpio", añadió el testigo. En el suelo quedó tirada una bolsa en la que llevaba un par de bocadillos y unas naranjas, según explicaron los testigos.

Al lugar acudió una UVI móvil del Samur-Protección Civil, que diagnosticó posible muerte cerebral. El hombre tenía alojada la bala en el cerebro. Fue trasladado al hospital Gregorio Marañón, donde le estaban operando alrededor de la una de la madrugada de ayer.

La novia, de origen suramericano, no quiso ser atendida por los psicólogos del Samur. Sólo hablaba de volver a su casa, en Quijorna. La policía la trasladó a la Brigada de Policía Judicial para que declarara sobre lo ocurrido. Las primeras investigaciones apuntan a que el calibre pertenece a un arma pequeña, posiblemente un 22.

La presidenta de la comunidad de vecinos donde ocurrió el hecho protestó porque muchos vecinos habían alquilado plazas de garaje a personas que no eran de la finca, lo que está prohibido en los contratos del Ivima. "Sabíamos que antes o después iba a pasar algo porque no hacía más que entrar y salir gente muy sospechosa y muy rara. Ya habíamos pedido al administrador que tomara medidas", afirmó la mujer, que no quiso dar su identidad por miedo a que le ocurriera algo.