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Feijóo rehuye la autocrítica y defiende "la apuesta" del Gaiás

Un miembro del jurado afirma que tenían miedo de Fraga

El presidente del PP gallego, Alberto Núñez Feijóo, asumió ayer en su integridad la decisión del anterior Gobierno, en el que ocupaba el cargo de vicepresidente, de construir la Cidade da Cultura. Feijóo defendió también la gestión del proyecto, criticada por el Consello de Contas con el argumento de que la Xunta "abdicó de su responsabilidad" en el control de los fondos públicos, y evitó explicar por qué el pasado mes de agosto declaró que en este asunto el Gobierno anterior había cometido errores.

Esta vez Feijóo no dejó lugar a dudas sobre sus opiniones. El líder del PP definió el complejo cultural como una "apuesta arriesgada y sin complejos", de "arquitectura brillante" y gran trascendencia económica. Un proyecto "ambicioso e histórico" que representa el compromiso más importante tomado hasta la fecha con el Camino de Santiago. "Arriesgado", insistió, pero "que merece la pena".

El dirigente popular defendió la Cidade da Cultura pero no respondió a las preguntas de los portavoces del PSdeG y del BNG. Xaquín Fernández Leiceaga y Carlos Aymerich le pidieron, sin éxito, que aclarase por qué la Xunta adjudicó varios edificios del Gaiás cuando estaba en funciones, y en qué momento el Gobierno supo que el coste final del proyecto iba a triplicar el inicialmente previsto. En vez de responder, Feijóo repitió los argumentos en los que el PP basa su defensa en este asunto, entre ellos que el coste por metro cuadrado de la obra es inferior al de otros proyectos similares y que el Consello de Contas no habla de irregularidades.

Por la tarde, en la comisión de investigación compareció el arquitecto Wilfried Wang, profesor de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Harvard. El único miembro del jurado del concurso de la Cidade da Cultura que votó contra el proyecto de Peter Eisenman, denunció la "politización" del jurado, sobre el que "se proyectaba continuamente la sombra de Manuel Fraga". En otras palabras: "Existía miedo a Fraga".

Wang, que denunció que el jurado no publicitó en su día su voto discrepante, resumió sus reproches al proyecto; entre ellos, su desmesurado tamaño. "Todo el mundo en el jurado se dio cuenta de que era demasiado grande; era obvio", denunció. "Sólo había que comparar los planos para darse cuenta". También reprochó su carácter "faraónico", del que "era consciente el jurado", y consideró "irresponsable" restarle límites al proyecto porque es "una obra de arte".

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