El fiscal pide 32 años para un coruñés acusado de tres violaciones
El sospechoso sólo reconoce ser autor de una agresión
En la primavera del año pasado, en barrios atravesados por la avenida Alfonso Molina, en la entrada de A Coruña, se produjeron tres agresiones sexuales que guardaban ciertas similitudes en su desarrollo: el violador sorprendía a sus víctimas por detrás, las arrastraba a un descampado y las amenazaba para que le hiciesen una felación. Las dos primeras veces, en las zonas de Eirís (en la que la víctima era una menor) y O Birloque, tuvo éxito. La tercera, la agredida le mordió el pene y él huyó.
El agresor forzaba a una embarazada cuando un paseante lo sorprendió
Hubo una cuarta, en febrero de este año y otra vez en Eirís. El agresor ya había arrastrado a una mujer, embarazada de cuatro meses, a un solar, cuando fue sorprendido primero por un paseante, que lo ahuyentó, y después por el conductor de un ciclomotor, que lo alcanzó y lo retuvo hasta la llegada de la policía. El entonces detenido, Roberto César F.A., de 39 años, y con un alteración de la personalidad que no le resta capacidad cognitiva, se sentó ayer en el banquillo de la Audiencia de A Coruña acusado de los cuatro delitos.
El fiscal solicitó 8 años y seis meses por cada una de las violaciones, cuatro años por la tentativa, tres años por robo (de 150 euros y un teléfono móvil a una de las víctimas), así como una indemnización de 9.000 euros a cada una de las víctimas de violación y 6.000 a la de la agresión frustrada. El ministerio público se basó en que Roberto F.A. había confesado a la policía la autoría de las cuatro agresiones, y en que las cuatro víctimas lo reconocieron en una rueda de identificación, aunque no con seguridad plena. La defensa reconoció la culpabilidad del acusado en el delito en el que fue sorprendido in fraganti, pero pidió la absolución en los otros tres anteriores, basándose precisamente en las dudas de la identificación y en la variedad de las descripciones físicas del agresor aportadas por las víctimas. También en que no poseía las prendas (chándal y gorras) descritas por las mujeres, aunque la policía no registró su domicilio para comprobarlo.
El acusado admitió haber atacado a la mujer embarazada. La confesión ante la policía, dijo ayer, la hizo presionado ("irían a registrar mi casa y se lo dirían a la prensa") y con detalles que le habían aportado los agentes. De las declaraciones de las víctimas se deduce que hubo varios modus operandi: dos de las mujeres atribuyeron al atacante acentos específicos ("gallegoportugués" en un caso, suramericano en otro) y también una justificación por lo sucedido. A la primera víctima le dijo que era policía y que perseguía a su padre, y a la segunda, que lo hacía por venganza. La vista oral se suspendió temporalmente después de la declaración de los forenses, que describieron al acusado como "una persona fácilmente manipulable".
Ayer también fue juzgado en la Audiencia de Pontevedra un vecino de Ponteareas, José Luis M.S., de 46 años, acusado de violar a un menor vecino suyo desde que la víctima tenía 10 años de edad hasta los 13. El acusado, que se enfrenta a una petición fiscal de 15 años, aseguró que él y el menor sólo eran "amigos".
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