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Columna
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Rato

Para punto memorable, el que ha marcado la Confederación Empresarial Valenciana (CEV) al conseguir la presencia del dimisionario director del Fondo Monetario Internacional (FMI), Rodrigo de Rato y Figaredo, para culminar su trigésimo aniversario. En el Oceanogràfic de Valencia, sin la presencia de la alcaldesa Rita Barberá, Rodrigo, con nombre de conquistador, pronunció una conferencia que mantuvo atentos a los numerosos invitados que se concentraron en una noche lluviosa, en cuyo contexto importaba más quién hablaba que cualquier otra cosa que se pudiera contar.

Un empresario notable decía al salir: "No nos han descubierto nada, pero ha tenido una intervención redonda". Rato, que, según el anfitrión, José Vicente González, había tenido un viaje ajetreado, no faltó a la cita con los empresarios valencianos, que habían pospuesto su cena conmemorativa para poder contar con su presencia. Dicen que lo importante es cumplir años en tramos de veinticinco -bodas de plata, de oro o diamante- pero en esta ocasión el presidente de la CEV había querido elevar el listón hasta lo más alto y va a resultar difícil arrebatarle la primacía de aproximar a Rodrigo de Rato a los empresarios valencianos, dos días antes de que Mariano Rajoy anunciara públicamente en Valencia su candidatura -por segunda vez desde 2004- a la presidencia del Gobierno en marzo de 2008 por el PP.

Todos los indicios permiten augurar que los resultados electorales que se registren en la Comunidad Valenciana van a ser decisivos para ganar las próximas elecciones generales, y por tanto, la eventualidad de que un partido u otro gobierne los destinos de España.

Rodrigo de Rato, que viene de desempeñar el cargo más destacado en un organismo plurinacional que jamás ha ocupado español alguno, con rango de jefe de Estado, vino a Valencia a contar en un estilo llano y directo lo que pensaba sobre la situación económica mundial. Habló de oportunidades e incertidumbres en un mundo cambiante en el que la estabilidad puede alterarse después de las turbulencias experimentadas en los mercados financieros el pasado verano, cuya marejada alcanzó a la economía española en plena euforia del sector del ladrillo. Y partió de una incertidumbre: "No sabemos la repercusión que puede tener la crisis crediticia sobre la economía real". Y de una constatación: "No habíamos tenido un período de crecimiento sostenido como el experimentado en los últimos cinco años desde la década de los sesenta". Hizo hincapié en reducir la desaceleración del comercio exterior que se refleja en los signos negativos de las balanzas comerciales -también en la española- y la clave para afrontar con éxito el resto de la globalización reside en potenciar el conocimiento, la educación y la formación.

La nutrida presencia de notables de todo signo en la conferencia y en la cena posterior denota el grado de expectativa que genera la CEV en esta nueva etapa regeneracionista que lidera José Vicente González y la marcada personalidad del ex presidente económico del Gobierno, Rodrigo de Rato, que se despedía con ese acto público de la dirección del FMI.

Alguien recordó, como anécdota, que Alfonso XII desembarcó en Sagunto en 1874 para restaurar la monarquía en España y que fue en tierras valencianas donde contó con más y mejores apoyos para su empresa -Cirilo Amorós y los marqueses de Cáceres y de Campo o Teodoro Llorente, entre otros-. Sabido es que Rodrigo de Rato -como Alfonso XII- disfruta de inmejorables relaciones entre las fuerzas vivas de Cataluña y que la cita electoral de marzo de 2008 puede marcar un hito en un sentido u otro.

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