Una concentración bulliciosa
Hay algo que no funciona en la logística del Madrid. Se supone que las concentraciones deben celebrarse en lugares tranquilos. No es el caso del hotel Marriot, en el centro de Atenas. Ayer era un recinto en ebullición. Cientos de personas agitaban el lobby coincidiendo con la llegada del equipo. En su mayoría, no eran hinchas. Eran políticos, miembros del Partido Socialista de Grecia reunidos en un congreso con vistas a la celebración de las elecciones internas, dentro de dos semanas. Georgios Papandreu, el candidato más fuerte, hizo su entrada casi al tiempo que Ramón Calderón. El batifondo fue considerable. Los acólitos aplaudieron a Papandreu. Luego, a Calderón y Schuster. Tal vez los confundieron con miembros del séquito del líder. Allí había de todo. Médicos patólogos, abogados del Estado, ingenieros civiles, adolescentes cazadoras de autógrafos y periodistas retransmitiendo las últimas novedades. Cuando llegaron, los jugadores del Madrid debieron pasar a los ascensores por un túnel humano. Los esperaba una concentración, por lo menos, ruidosa. Allí estarán hasta el miércoles.
El equipo dormirá en Atenas tras el partido en contra de la costumbre de regresar de madrugada. La versión oficial del club asegura que el cambio de rutina responde a la intención de brindar más horas de descanso a los futbolistas. Que el vuelo de regreso a Madrid despegue a las nueve de la mañana del día siguiente no parece ajustarse al plan de recuperación. Esa salida supondrá un máximo de cinco horas de reposo a la plantilla.
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