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LA NUESTRA
Columna
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¿Mejor nos callamos?

Canal Sur saca adelante el día a día protegida de la realidad tras una malla de cortijos, coplas y arrayanes que le aportan ese escaso 10% de audiencia que por el momento permite tener el chiringuito abierto sin que la ruina sea escandalosa. Una de las condiciones que tiene esta vida precaria es la exigencia de mantener a raya la realidad que más quema, o en todo caso hacerse la ilusión de que está bajo control manteniéndola en horarios remotos o edulcorándola hasta hacerla incolora e insípida. Hasta que un día un imprevisto (perfectamente previsible, por otra parte) produce un efecto de cataclismo y la rutina queda hecha añicos.

Y eso sucedió la semana pasada, en el programa Mejor lo hablamos (CSTV, miércoles, 23.30) dedicado a la memoria histórica. Entre los invitados al debate había un profesional de la provocación más que conocido de todos, el director de informativos de la COPE Ignacio Villa, que con sus calumnias e injurias (ninguna nueva, ninguna no repetida cada días por esa cadena) consiguió que otros tres invitados (María Antonia Iglesias, Rosa Regás y Fernando Delgado) abandonaran el plató ante la imposibilidad de participar en lo que Villa había degradado de debate a navajeo sucio. El detonante fue la afirmación de este tipo de que la cadena SER es la emisora de los terroristas del 11-M,

Esta extrema derecha de la que Villa es miembro suficientemente destacado sólo quiere provocar y tapar con el ruido de sus injurias la voz de los demás. Por eso su emisora lleva una semana alardeando de que Canal Sur, a raíz de lo ocurrido, ha decidido retirar el programa de debate y los periódicos digitales de su cuerda (menuda mañana he pasado visitándolos) alardean de la fechoría del jefe. La noticia del cierre del programa está en la red y ya ha saltado a páginas que no salen directamente de las faldas de la COPE. Canal Sur, por su parte, no dice nada.

Creo que ese silencio es insostenible y que la televisión pública andaluza tiene que defender ese programa y subrayar su valor emitiéndolo en un horario más adecuado y evitando errores como el de invitar a tipos con los que es sencillamente inútil intentar hablar. Por una razón elemental: una televisión pública es responsable de mantener la existencia de un espacio público de discusión e información en el que se puedan expresar todas las opiniones que no pongan en cuestión ni hagan imposible precisamente la viabilidad pacífica de ese espacio público. El desprecio de la opinión del otro, la descalificación sin más argumentos que la calumnia y el insulto no pueden consentirse en un espacio que es de todos y que con la provocación se busca dejar desierto y en silencio. Cerrar el programa sería hacerse cómplice de esa estrategia y por eso no creo que Canal Sur vaya a hacerlo. No puede ni callarse ni callarnos.

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