Lesión del central Alexis

Óscar Fernández concluyó ayer en Palma de Mallorca su breve interinidad al frente del Valencia. Dos partidos en cuatro días con un balance irregular a pesar del optimismo demostrado desde el primer momento por el entrenador. Para su efímero periplo, Fernández se había armado con el vocabulario clásico de la épica futbolera. Llamó a los jugadores a demostrar orgullo, valentía y descaro y les pidió sacrificio. Pero, visto lo visto, se diría que no logró convencerles del todo. El Valencia ganó ayer haciendo buena la ley del mínimo esfuerzo. Quizás porque la plantilla sabe que tiene bula hasta la incorporación efectiva de Ronald Koeman, verdadero sucesor de Quique Flores. Será entonces cuando se comience a cocer la necesaria recuperación de un equipo chato que, hoy por hoy, aburre mortalmente.

De momento, el holandés ha optado por seguir a su nuevo conjunto a través de las pantallas. Lo hizo por la mañana, durante una visita a la ciudad deportiva de Paterna con sesión de vídeos incluida. Y también por la tarde, cuando prefirió no volar a Palma y ver el partido por televisión. Desde la distancia siguió tomando notas para su debut en el banquillo de Mestalla, el martes, en un trascendental duelo en la Champions frente al Rosenborg.

Sí que acudió el ayudante inseparable de Koeman, Tony Bruins Slot, a quien se le pusieron los pelos de punta con la espeluznante lesión de Alexis. En frío, cuando no se llevaban ni dos minutos de juego, el central saltó para evitar un remate de Güiza y, al caer, se le quedó atrás la rodilla. Helguera y Moretti advirtieron enseguida la gravedad del asunto y pidieron, alarmados, la entrada urgente de los médicos. Al poco, Alexis era retirado en camilla entre los aplausos del público, también horrorizado por la escena. Tras una primera exploración, los servicios médicos del Valencia prefirieron posponer su valoración pública de la lesión y anunciaron que el jugador andaluz se someterá hoy mismo a una resonancia magnética.