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Reportaje:

Asia se come a Europa

Los torneos europeos de golf, como el de Valderrama, 'devorados' por los orientales

Carlos Arribas

Bajo una lluvia de bellotas verdes, gentileza de los vientos de Levante que zarandearon los alcornoques del campo gaditano de Valderrama, dos habitantes de húmedas islas, dos de los mejores golfistas europeos, el irlandés Padraig Harrington (segundo, al par del campo tras la primera jornada) y el inglés Justin Rose (primero, -4, pese a una diarrea y a haberse pasado 15 de las últimas 24 horas tirado en la cama) vieron cómo en su pelea por la victoria en el Volvo Masters se entrometía un habitante de las cercanías malagueñas, Miguel Ángel Jiménez (tercero, +1), con el cuchillo entre los dientes y feliz de "echarles el aliento en el cogote".

Los dos isleños peleaban también por terminar líderes de la Orden del Mérito, pelea en la que no entra Jiménez y en la que quien más podría contrariarles es un surafricano ausente, uno de los mejores golfistas mundiales de los últimos años, Ernie Els, quien ha preferido "llenar la carretilla" (dólares en su cuenta) en un alimenticio torneo en Singapur a pelear por una tercera corona europea.

"Es una vergüenza. Yo nunca lo haría", tronó el escocés Colin Montgomerie, que pasará a la historia del golf como plusmarquista de la Orden del Mérito (ocho victorias) y que, por tanto, no puede entender que alguien, aunque sea Els, ganador de tres grandes, no conceda valor a la razón de su gloria. Y no sólo Els (cuarto mundial). Otros puntales del circuito europeo, como el inglés Lee Westwood y el argentino Ángel Cabrera, sorprendente vencedor del último Open de Estados Unidos, han preferido Singapur, donde se miden a gente como el estadounidense Phil Mickelson (segundo mundial) y el australiano Adam Scott (sexto). Frente a ello, el Volvo Masters, reservado a los 60 mejores del año europeo y que no es manco en euros (666.000 para el ganador), sólo recibe a 51 y sólo a dos de los diez mejores del mundo: Harrington (séptimo) y Sergio García (décimo).

Curiosamente, quien más indignado debería estar por que el número uno no se presente a su torneo de bandera, George O'Grady, jefe ejecutivo del circuito europeo, fue el primero que pidió que no se criticara a Els. "Ha hecho más de lo que se le puede pedir por el circuito europeo. Incluso nos ha traído a Barclays Bank, el mismo patrocinador de Singapur, como sponsor del Open de Escocia", dijo O'Grady, el primero que no asumió que la deslocalización de medio calendario europeo a Asia haya terminado alimentando un circuito que, más que complementario del europeo, el segundo en importancia tras el norteamericano, amenaza con devorarlo. "Pero sólo ha sido un problema circunstancial de fechas", añadió.

El jefe europeo incluso admitió que está negociando, a través de un intermediario de Dubai, incluir en 2008 un torneo indio en el circuito europeo, continuando así con una política iniciada hace una década. Entonces se permitió a los patrocinadores habituales de los torneos europeos organizar otros en Asia, donde, por la mitad de precio, se ubicaban en un mercado publicitario con miles de millones de potenciales consumidores. Ahora, un gran número de torneos europeos se pelean por los escasos patrocinadores. Y, falto de argumentos económicos, al circuito ya no le quedan armas para luchar contra la fuga de cerebros hacia Estados Unidos, tierra prometida en la que intentarán buscarse su futuro los dos últimos prodigios españoles, Pablo Martín y Alejandro Cañizares.

Si Jiménez, único español con un Volvo Masters, gana, terminará entre los 20 primeros del circuito, lo que le obligaría a iniciar en Shanghai el jueves la temporada europea de 2008.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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