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Crítica:ROCK
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Desbordante cierre

CARLOS PÉREZ DE ZIRIZA

HEINEKEN GREENSPACE

III Edición Heineken Greenspace. Paul Weller, Richard Hawley, Sunday Drivers, Herman Düne y Grupo Salvaje. Valencia, viernes 26 de octubre de 2007.

Hay momentos que valen por todo un festival. En cuestión de unos pocos minutos parece que el tiempo se detiene, y entonces se dan por buenas horas y horas de música en directo, con sus altibajos escénicos, sus previsibles liturgias y su abundancia de tiempos muertos. Uno de esos raros instantes llegó con la coda final que remataba The Ocean, la majestuosa canción del siempre elegante Richard Hawley. Hasta entonces, su exposición de motivos clásicos, con el punto de mira en la década de los 50 (Roy Orbison, Buddy Holly y la factoría Sun Records), había discurrido por la impecable senda que le caracteriza, sin que pudiera advertirse diferencia alguna con cualquiera de los irreprochables directos que viene protagonizando en los últimos tiempos por nuestro país. Al reservarla para el final, el británico alargaba como un chicle el hechizo de su pieza más hipnótica y crepuscular, haciendo callar incluso a aquellos que insisten en tomarse un concierto en vivo como una excusa para estar varias horas de cháchara.

Tras el embeleso final en que el ex guitarrista de Pulp dejó sumida a la audiencia (la mayor, por cierto, de toda la semana de conciertos), lo de Paul Weller, el ex The Jam y The Style Council, sonó a digno pero tibio recordatorio de su grandeza. Ni el formato semi acústico -en compañía de Steve Cradock, de Ocean Colour Scene- aguanta la comparación con sus proteínicos directos con banda ni su impermeable elección de temas, sin resquicio para concesiones -apenas The butterfly collector de The Jam, pocos puntos álgidos de su carrera en solitario y ni rastro de Style Council- remitían a la mejor versión de un músico, por otra parte, inagotable.

Sacó a escena de nuevo a Richard Hawley con Just like the rain -de este último- y repitió la jugada más tarde, ya dentro del recio concierto de los toledanos The Sunday Drivers, con quienes abordó I shall be released, de Dylan.

Mucho antes, los suecos Herman Düne y los madrileños Grupo Salvaje habían dado sobrada muestra de su solvencia, como entremeses de un certamen cuyo menú ha recuperado este año el suculento aroma perdido el pasado año.

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