Vericuetos para perderse
El laberinto donde el rey Minos de Creta encerró al Minotauro ha atrapado durante milenios la imaginación. Jardines palaciegos, bodegas subterráneas e instalaciones artísticas invitan a repetir la búsqueda de Teseo a través de angostos corredores, glorietas idénticas y callejones sin salida, arquitecturas que la naturaleza se complace en reproducir.
- Jardines de La Granja. Aunque pequeño en comparación con lo que ocupa el resto del parque regio, el llamado Laberinto es un rectángulo como cuatro campos de fútbol -222,5 por 122,5 metros-, con 2.504 metros de paseos y 6.063 de setos formados por más de 18.000 pies de carpe y haya. Su diseño, debido a Dezallier D'Argenville, data de 1713 y consiste en una espiral central flanqueada por dos grupos de calles que doblan en ángulos rectos. Después de sufrir largos periodos de abandono y tres restauraciones, sigue siendo uno de los más bellos bosquetes del real sitio. Concebido para el juego galante, hoy es la mayor atracción de las familias que visitan estos jardines segovianos. Se tarda una hora en recorrerlo entero. (Teléfono 921 47 00 19; www.patrimonionacional.es)
- La Pedriza. Todo este macizo granítico de Manzanares el Real es un caos de peñascos, callejones, túneles y caminos a ninguna parte, pero el área conocida como El laberinto y su entorno se llevan la palma. Desde el aparcamiento de Canto Cochino, se sube por la autopista de la Pedriza hasta el Tolmo y, 300 metros más adelante, se cruza el arroyo de la Dehesilla para trepar al collado de las Oseras. Siguiendo los hitos hacia arriba, se rodea el Cancho Amarillo por la izquierda. Por la derecha se llegaría al corazón ciego del Laberinto, para salir a la zona de Navajuelos, donde se yerguen peñas tan características como la Bola, el Torro o las Llamas, y se conecta con la bien marcada senda Termes. Regresando por el collado de la Dehesilla hacia el Tolmo son unas cinco horas de marcha de dificultad media-alta. Más información, en el Centro de Educación Ambiental de Manzanares (918 539 978).
- Palacio de la Serna. En Ballesteros de Calatrava, muy cerca de Ciudad Real, se alza este hotel-museo del diseñador Eugenio Bermejo, en cuyos jardines hay un laberinto de 40 metros de largo por 20 de ancho, con muros de hasta siete de altura, excavado en la rojiza tierra volcánica de la comarca. (www.hotelpalaciodelaserna.com)
- El hilo de Ariadna. Tal es el acertado título con que el Grupo Yllera ha bautizado la visita guiada a sus bodegas mudéjares de Rueda (Valladolid), dédalo de ladrillo de más de un kilómetro de longitud, 30 metros de profundidad y seis siglos de antigüedad. (www.grupoyllera.com)
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