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Columna
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Multinacional y regional

Muchas empresas de Galicia ya están en el 'top ten' español en sus respectivas ramas

Las empresas multinacionales son aquellas que producen y distribuyen productos/o servicios más allá de las fronteras nacionales. Sin embargo, no todas ellas son empresas globales, ni mantienen estrategias globales, ya que no están definidas para vender lo mismo en todo el mundo. Dicho de otra forma, la mayoría de las empresas multinacionales tienen definidas sus estrategias en razón de su región de origen o en dos áreas económicas como máximo. Lo que sí emerge de las multinacionales es su capacidad de aparentar que se tiene una estrategia global dentro de su región de origen, obteniendo las economías de escala suficientes y las ventajas de diferenciación necesarias.

Los recientes estudios de Rugman aportan datos muy esclarecedores. De una parte, las ventajas derivadas de los productos estandarizados se obtienen en la región de origen; y de otra parte, si nos desplazáramos hacia otras regiones, las desventajas de ser extranjeros habrían de ser compensadas por elementos tales como el factor trabajo (salarios), las facilidades de aceptación en el sistema productivo local (apoyos), subsidios o tipos impositivos. Ante este panorama, lo cierto es que las empresas multinacionales no globales, tienden a moverse entre áreas económicas de integración, restringiendo sus movimientos hacia otras zonas, buscando la protección por medio de barreras de entrada impuestas por los gobiernos y reclamando acciones defensivas. De esta forma, es fácil entender las guerras comerciales entre Estados Unidos y la UE, en asuntos como los automóviles, siderurgia o textiles, pues se busca la consolidación de los campeones nacionales con vocación exterior.

La globalización alienta la consolidación de un regionalismo económico y éste comienza a dominar las estrategias del negocio internacional. Los datos son muy elocuentes: el comercio entre regiones y la inversión extranjera directa en toda la Triada Económica (Japón, UE y EE UU) supera las tres cuartas partes de los flujos económicos mundiales. En la medida que en el mundo está segmentado territorialmente, las empresas compiten en primer término por una mayor participación y cuota en el mercado regional, y para ello buscan alcanzar buenas dosis de eficiencia económica.

En la medida que los mercados globales aún no han llegado a estar homogeneizados, las empresas incrementan sus actividades económicas interregionales con el objetivo de maximizar sus rendimientos. Las experiencias más recientes advierten que solo en electrónica de consumo se aprecia una estrategia global de las multinacionales. En los demás sectores industriales y en la mayor parte de los servicios las estrategias de las multinacionales son regionales.

Estas consideraciones resultan muy favorables para las empresas gallegas, no sólo por la dimensión de las mismas y su presencia en ciertos mercados, sino también por el uso, desarrollo e incorporación de la tecnología en el proceso productivo y su capacidad de reacción y versatilidad ante los cambios. Muchas de las empresas gallegas forman parte del topten español en sus respectivas ramas económicas, por lo que es factible formar parte de una multinacional regional. Para ello, es preciso reforzar las economías de escala y las ventajas diferenciadoras.

Para afrontar una competencia productiva no se necesita mostrar una distribución geográfica equilibrada de la I+D+i o de los procesos de fabricación, sino más bien, poseer y desarrollar una habilidad adicional en el proceso y en las decisiones para acceder a localizaciones donde sus ventajas como empresas se puedan unir a las de la ubicación. Sólo los riesgos derivados de las distancias y obstáculos culturales y administrativos hacen fracasar los intentos. De ahí la relevancia de dos niveles: la integración regional (en este caso la UE) y el posicionamiento en los mercados (derivado de una decisión empresarial correcta).

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