El Villarreal rescata un punto al final

El Villarreal rescató un punto cuando la Fiorentina más cómoda se encontraba. Con un gol a favor y defendiendo felices con once jugadores la ventaja conseguida por el eterno Vieri. A falta de tres minutos para concluir el encuentro, Capdevila puso la cabeza para rematar una falta botada por Rossi. Un gol que premió por igual dos estilos opuestos de entender el fútbol igualmente válidos y atractivos.

Nada como un equipo italiano para relativizar debates sobre el hedonismo en el fútbol, para cuestionar si el pragmatismo debe resultar lúdico y bello a la vez. El Villarreal de siempre se estrello con un conjunto transalpino hasta la médula, pero con cierto toque romántico. La Fiorentina actúa con tres delanteros, un sacrilegio para el calcio. Y su apuesta le cunde porque busca la victoria desde el comienzo de manera alegre y sencilla. Ayer se encontró con el Villarreal, que con otras armas le neutralizó.

Para el Villarreal era la pelota, gobernada como es habitual con pausa y criterio. El cambio de cromos en la alineación castellonense no altera ni las formas ni el rendimiento. En parte, porque Matías Fernández, que anoche volvía al equipo titular, no es un cualquiera, al igual que Rossi, quien fue con dos goles precisamente el último verdugo de la Florentina la temporada pasada estando en el Parma. Pero ni el centrocampista chileno ni el delantero italiano tuvieron su día ayer, al igual que al resto de Villarreal que encontró demasiado hueso para tan blanda dentadura.

Que un equipo italiano pase largos periodos sin tener el esférico no es un problema. Así que el presunto dominio del rival resultó ficticio hasta cierto punto. Pronto le quedó claro al Villarreal, que empezó como siempre y se vio sorprendido por la rapidez de despliegue florentino, que a punto estuvo de adelantarse en el marcador en el tercer minuto por mediación de Mutu. La acción del rumano quedó desbaratada por Diego López, de momento, el portero del torneo europeo.

Iniciada la segunda mitad, una pérdida de balón por parte de Josico derivó en una veloz acción llevada por Mutu y culminada por el incombustible Vieri. Ante cualquier conjunto italiano, una acción que no se culmina con un lanzamiento directo resulta una invitación al contragolpe. El Villarreal comprobó anoche tal axioma italiano. Afortunadamente para él, Capdevila surgió casi en el último instante para evitar la derrota.