El Villarreal arrebata el balón al Barça
Pirès liquida a un rival de ritmo cansino en el que sólo Messi y Bojan sonaron el despertador
El Villarreal citó al Barça a pecho descubierto. Le discutió algo que casi nadie le discute: el balón. Y le ganó como le gusta: tocando y tocando y meciendo al Barça en un duermevela del que el conjunto de Rijkaard no logró escapar en toda la noche. Por mucho que Messi y Bojan agitaran de vez en cuando el despertador. Fueron los únicos.
Al igual que en el curso pasado en El Madrigal, Pirès liquidó al Barça. La venganza de la final de la Champions de 2006 en París. A punto de cumplir los 34 años, el francés causó estragos filtrándose como media punta. Unió su inteligencia táctica y su técnica para ganar dos veces la espalda a los zagueros. En ambas propició sendos penaltis. En el primero pareció barrerlo Abidal y en el segundo fue tocado en el hombro por Milito. Los dos penaltis los transformó Senna. Los dos, en disparos medio fallidos, casi por el centro, que se tragó Valdés porque se estiró aparatosamente. Es lo malo de las prisas por echarse al suelo. A Puyol se lo llevaban los demonios, tales eran las facilidades concedidas por su equipo. Había sufrido tres tantos en media hora, uno menos que en todas las jornadas anteriores.
VILLARREAL 3 - BARCELONA 1
Villarreal: Viera; Venta, Cygan, Fuentes, Capdevila; Bruno, Senna; Cani (Ángel, m. 90), Pirès (Matías Fernández, m. 69), Cazorla; y Guille Franco (Tomasson, m. 79). No utilizados: Diego López; Godín, Mavuba y Nihat.
Barcelona: Valdés; Oleguer (Giovanni, m. 46), Puyol, Gaby Milito, Abidal; Xavi, Iniesta, Deco (Gudjohnsen, m. 71); Messi, Henry y Bojan (Sylvinho, m. 79). No utilizados: Jorquera; Thuram, Crosas y Ezquerro.
Goles: 1-0. M. 2. Cazorla, tras taconazo de Guille Franco. 2-0. M. 13. Penalti de Abidal sobre Pirès, que transforma Senna. 2-1. M.24. Bojan, a pase de Messi. 3-1. M. 34. Senna, de penalti cometido sobre Pirès.
Árbitro: Mejuto González. Amonestó a Gaby Milito, Capdevila, Deco, Xavi.
Unos 23.000 espectadores en El Madrigal.
Bojan ya es el azulgrana más joven en marcar y Deco se lesiona
Asomó un dato muy significativo al llegarse al descanso: el cuadro de Pellegrini se fue con sólo tres faltas en su haber. No necesitó más. Las órdenes del preparador chileno son tajantes en este apartado: la recuperación del balón es contraria a la infracción. Aun así, lo más admirable del Villarreal fue descubrir a un mediocentro recién salido del horno, Bruno, un chico de la casa que vino a cubrir la baja de Josico. Aunque no tengan nada que ver. El capitán, Josico, es un volante defensivo y solidario. Bruno es un mediocentro de otro tiempo: lento y pesado, pero con una zurda de primera. De ella partió el primer gol, que retrató la querencia amarilla por la triangulación. Bruno abrió a la izquierda, Cazorla pasó a Guille Franco, éste le devolvió al hueco de espuela y el pequeño interior envió la pelota justo al palo más alejado de Valdés. Un gol de alta escuela.
Frente al ritmo cansino del Barça después de la larga semana internacional sólo se rebelaron dos jovenzuelos. No entienden de acumulación de partidos. Ni de viajes interminables. El primero, Messi, insaciable pese a que venía de disputar los dos choques con Argentina. Y el segundo, Bojan, que dibujó un desmarque espectacular antes de convertirse en el jugador más joven en marcar en la historia azulgrana en Primera, con 17 años y dos meses. En el pico izquierdo del área, arrancó en paralelo hacia adentro, dejó tirado a Venta y esperó el pase de Messi. La definición de Bojan, con un toque al interior del palo, fue la propia de un futbolista que llega para quedarse.
Conviene reprochar a Pellegrini que mantenga en barbecho a Riquelme. Es un pecado. Pero también conviene reconocerle al técnico chileno dos méritos mayúsculos: un gusto exquisito en la elección de los jugadores y una capacidad para reinventar un equipo que había girado en torno al as argentino durante dos años. Sólo hay que repasar la lista de contratados en los dos últimos cursos: Pirès, Nihat, Tomasson, Cani, Rossi, Mati Fernández..., además de la recuperación de Cazorla. Todos, con la exigencia de tratar decentemente la pelota.
Retirado en el descanso Oleguer, Rijkaard decidió arriesgarse con la entrada de Giovani. Pasó a un 3-4-3, lo que era una invitación ineludible para el contragolpe amarillo. Pero también para las sutilezas de Bojan, que le tiró un caño a Fuentes dentro del área local. Pero al ataque azulgrana, cada vez más deshilachado, lo lastró su falta de peso en el medio campo. Ahí seguían reinando los peloteros de Pellegrini. Mucho más, desde que se marchó Deco, que sufre una lesión muscular que le tendrá de baja cinco semanas. El Barça pagó la semana viajera de sus chicos, la fiesta de su figura ausente (Ronaldinho) y el refinado gusto del conjunto de Pellegrini.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.