El PSE emplaza a Campos a cerrar un pacto sobre educación para la paz
Socialistas y populares reprochan al consejero que llame "víctimas de la violencia política" o del "conflicto destructivo" a las de ETA
Expresiones como "víctimas de la violencia política" o del "conflicto destructivo" para definir a las causadas por el terrorismo de ETA rechinaron ayer sobremanera a la oposición en la comparecencia en comisión en el Parlamento del titular de Educación, Tontxu Campos. El consejero había sido llamado para explicar el ensayo realizado en seis centros educativos de Primaria y Secundaria dentro del plan de educación para la paz, del que se han realizado dos borradores, pero que todavía no ha sido enviado a la Cámara. Educación debe remitir al Legislativo la redacción definitiva en noviembre.
El documento "difunde la teoría nacionalista del conflicto", peca de generalista al abordar a la vez las violencias conyugal, xenófoba, la derivada de la pobreza o el maltrato entre iguales, y no tiene como hilo conductor la deslegitimación del terrorismo etarra, acusaron PSE y PP.
"Esto puede servir en Extremadura o en Andalucía, pero no estamos en Cáceres. Estamos en Euskadi y tenemos que tratar un fenómeno específico: la violencia terrorista de ETA", señaló la portavoz socialista, Isabel Celaá.
Ambos partidos coincidieron en que ni el plan en su conjunto ni la unidad didáctica ensayada en los seis centros responden al mandato emanado de la Cámara como uno de los acuerdos alcanzados en la ponencia de víctimas del terrorismo.
"No nos sirve", señaló tajante el portavoz del PP, Santiago Abascal, mientras Celaa emplazaba al consejero a pactar el plan. "Queremos el consenso y lo queremos con usted", emplazó la socialista a Campos.
El consejero aseguró que de la evaluación realizada y del contraste entre las opiniones de los alumnos que participaron en la experiencia con las de otros que no lo hicieron se desprende que los primeros aumentaron su percepción positiva sobre los inmigrantes, el rechazo a la violencia en general y también a la de ETA.
Lo que está en cuestión desde los inicios de este plan es su misma concepción básica. Mientras el mandato parlamentario, revalidado en el pleno monográfico sobre víctimas del terrorismo celebrado el pasado 5 de octubre, indica que se debe centrar en deslegitimar el terrorismo y en suscitar la empatía hacia sus víctimas, el Departamento de Educación ha optado por un modelo que aborda todos los tipos de violencia y los derechos humanos en su generalidad. Esta posición la defiende también la Dirección de Derechos Humanos, dependiente de la consejería de Justicia, y, como la de Educación, en manos de EA.
"Hay que hablar de ETA"
Ello ha ocasionado ha ocasionado desde hace un año roces importantes de esos dos departamentos con la Dirección de Víctimas del Terrorismo, dependeinte de Interior, que había preparado sus propios materiales, sin que se les haya dado traslado a las escuelas.
El conflicto creado ofrece difícil solución, a menos que Educación imprima un giro sustancial y desde su base al plan que tiene que ultimar para noviembre.
Isabel Celaá emplazó ayer a Campos a reorientarlo para hacer posible un entendimiento. "El plan es para lo que es: hay 800 asesinados que no están originados por un conflicto, sino por el terrorismo de ETA. Hay que hablar de ETA para deslegitimarla" y ofrecer a los estudiantes "un relato justo y legítimo de lo que ocurre, explicar qué es una víctima del terrorismo y su sufrimiento, y explicar qué es ETA", dijo al consejero.
El grupo socialista tiene entregado un amplio documento en el que aborda exhaustivamente sus consideraciones sobre el conjunto del proyecto del Gobierno. Ésas serían las bases desde las que abordaría la negociación a la que ayer instó a Educación.
A juicio del portavoz popular, Santiago Abascal, el plan no sólo no cumple su función esencial de deslegitimar el terrorismo de ETA, sino que sirve "para explicarlo y coxtextualizarlo". Abascal señaló que la propuesta de Educación "se aleja de los objetivos de la ponencia y del pleno sobre las víctimas, y se asemeja, por el contrario, al Plan de Paz y Convivencia" del lehendakari". "A nosotros esto no nos vale", concluyó.
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