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Convergència revisará su pacto de coalición con Unió tras las generales

Duran dice que su idea de catalanismo es contrapuesta a la de Mas

Convergència Democràtica (CDC) no se siente a gusto con el actual marco de relaciones con sus socios democristianos de Unió (UDC), sobre todo tras la última crisis del pasado septiembre. El número dos convergente, Felip Puig, aseguró ayer que, después de las legislativas de marzo -candidatura que encabezará el democristiano Josep Antoni Duran Lleida-, su partido planteará a Unió la revisión del protocolo de coalición.

El 'número dos' de CDC aboga por la soberanía con un pacto con la Corona

La de septiembre fue la crisis más grave que han vivido Unió y Convergència desde su fundación en 1978, y a punto estuvo de desembocar en divorcio después de que Duran congelara su designación como candidato a las legislativas en protesta por "la deriva" soberanista de los convergentes.

Pese al acuerdo alcanzado entre Duran Lleida y el convergente Artur Mas, aquel episodio ha dejado secuelas. "A buena parte del electorado no le ha gustado la última escenificación de la crisis. No salimos [para las generales] desde la pole position, sino que se nos estropeó el motor durante los entrenamientos y salimos de la tercera o cuarta posición", admitió Puig ayer en declaraciones a Europa Press.

Ahora la máquina de la federación nacionalista funciona más o menos engrasada -Duran y Mas hablan por teléfono cada día-, pero todavía perviven algunos elementos de distorsión. Por ejemplo, los democristianos se desayunaron hace una semana con el anuncio de que Oriol Pujol Ferrusola -quinto hijo del ex presidente de la Generalitat- sería el próximo portavoz de CiU en el Parlament y que Felip Puig ocuparía la secretaría general adjunta de Convergència. Unió siempre ha mantenido una agria relación con Puig, a quien consideran un soberanista radical y el responsable de airear el denominado caso Pallerols, de presunta financiación ilegal de la formación democristiana.

Aunque Puig es consciente de estas desavenencias, ayer subrayó que su tarea, con vistas a las legislativas de marzo, será llevar a cabo una "labor de preparación, revulsivo y motivación" para lograr los mejores resultados. Sin embargo, advirtió de que la mejor fórmula para evitar que afloren nuevas crisis será la modificación del pacto de federación con sus socios de Unió. "No nos podemos permitir ninguna crisis en el futuro. Ello nos exigirá, después de las generales y en el marco de los congresos, repensar las relaciones", comentó el dirigente de CDC.

Para Felip Puig, el acuerdo de federación debería eliminar el artículo en el que se apuesta porque ambas formaciones se constituyan en una "única formación política" y evitar que los dirigentes de Convergència insistan constantemente en promover una fusión con Unió. Por parte democristiana, señaló, "no pueden marcar constantemente su perfil a base de discrepar de nuestras iniciativas", como ha sucedido con la reciente propuesta de refundar el catalanismo lanzada por Mas.

La crítica que expresó Felip Puig tuvo ayer mismo un elocuente ejemplo en una entrevista que Duran Lleida concedió al diario en catalán Avui. El líder de Unió manifestó que su idea del catalanismo y la de Mas "son diferentes e incluso opuestas". "A veces me he quejado que cuando expreso lo que pienso, desde Convergència lo entienden como una crítica hacia ellos. No, respeto su apuesta, pero no puedo negar lo que soy. Duran no hace la puñeta a Convergència", destacó.

En esta entrevista, el dirigente democristiano y portavoz de CiU en el Congreso marca distancias con la estrategia de sus socios o al menos sus declaraciones en ningún caso son coincidentes con las que expresa Felip Puig en otras declaraciones en La Vanguardia. Mientras ambos se declaran a favor de un estado confederal, Puig asegura que el estadio superior para CDC es la soberanía de Cataluña con un simple pacto con la Corona. Duran, por su parte, defiende un "proyecto en común con el resto del Estado" pero a partir del reconocimiento del "derecho a decidir". Asimismo, el democristiano rechaza supeditar un eventual pacto de Gobierno con el PSOE a la ruptura del tripartito en Cataluña, como sostiene Puig.

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