Faubel se reengancha a la fiesta

Se disipó la niebla que enturbiaba a Héctor Faubel y el español se reenganchó a la fiesta en que se está convirtiendo este año el campeonato de las motos pequeñas. El último escalón del podio que alcanzó ayer el valenciano de Llíria, de 24 años, le coloca a un solo punto de Gabor Talmacsi, el líder de la clasificación general y con quien Faubel comparte taller en la estructura que dirige Aspar. El húngaro, bregado en más de mil batallas, es todo un especialista y se maneja de maravilla en las últimas vueltas, cuando se deben rematar las carreras. Ayer, sin embargo, apenas tuvo opción de asomar la cabeza por más que siempre rodó en el grupo de los primeros. Talmacsi no pudo hacer otra cosa que contemplar a distancia el festival de adelantamientos que finalmente coronó a Lukas Pesek (Derbi), quien alcanzó su segunda victoria de la temporada. Pegado al checo cruzó la meta el inagotable Joan Olivé y justo después Faubel.

La cosa está que arde. Tras la soberana somanta que Álvaro Bautista dio a sus rivales la temporada pasada, el campeonato quedó huérfano de una figura dominante. Las carreras de este año nada tienen que ver con las de entonces, cuando el talaverano se escapaba a las primeras de cambio y nadie sabía de él hasta que lo veía subido al podio. A día de hoy, son varios los que pueden ganar carreras en el octavo de litro y muchos los que pueden asomar la cabeza puntualmente. Con todo, y ante el dominio que demuestran Stoner y Lorenzo en MotoGP y dos y medio, respectivamente, las carreras de 125cc se están convirtiendo en las más competidas. Hasta siete motos, las primeras, rodaron en paralelo casi siempre, repartidas por el asfalto, formando en fila a la hora de trazar las curvas y desparramándose al encarar las rectas.

La inestabilidad en la clasificación -ya ha habido ocho cambios de líder- se ve reflejada en las carreras. Esa inestabilidad condenó a Talmacsi, que, subido a una Aprilia RS, menos potente que el modelo RSA que pilota Faubel, no pudo culebrear ante sus rivales en los últimos virajes y se quedó clavado a la espera de que el calor de Malaisia, penúltima carrera antes de la meta de Valencia, aumente el rendimiento de su moto dentro de una semana.