El Barça conjura el 'síndrome Navarro'
El conjunto azulgrana demuestra una clara superioridad sobre Estudiantes
No hay depresión post-Navarro en el Palau Blaugrana. Al menos, hasta ahora, cuando la cosa no ha hecho más que comenzar. No hay mejor vacuna que el buen juego. Y el Barcelona se zampó a Estudiantes tan sobradamente, con tal desenvoltura, que no hubo caso. Alguien se animó a silbar a Ivanovic al principio, pero hasta el entrenador se llevó una ovación cuando al final se decidió a poner a Moncasi, una de las escasas promesas de la cantera para ocupar los boquetes dejados en el plantel por Navarro, De la Fuente y compañía. Estudiantes dejó que desear y lo mejor fue que, pese a estar a un mundo del Barça, no dejó de bregar y hasta propició que otro de sus múltiples cachorros, Javier Beirán, hijo del ex madridista, dejara una profunda con cuatro triples.
Basile, Ilyasova y Morandais dejaron estupefacto a Estudiantes y también al Palau, que albergaba dudas respecto a los dos últimos. Estudiantes se equivocó de diana. Urtasun se pegó a Lakovic, no fuera a ser que al base esloveno le diera por agujerear el aro como lo hizo en la primera jornada en Valladolid, donde anotó 29 puntos. Pero Lakovic se dedicó a manejar el timón. No tuvo necesidad de otra cosa. Para mover el marcador ya estaban Ilyasova, Basile y Morandais. El alero turco se emparejó con Jasen y de ese marcaje sacó rédito el Barça. Anotó poco Jasen y mucho Ilyasova. Basile abusó de su emparejamiento con Sergio Sánchez. Y, cuando Ilyasova fue relevado por Morandais y parecía que Estudiantes podía tomarse un respiro, el francés se puso a justificar las razones que decidieron al director deportivo del Barça, Zoran Savic, a ficharle, aunque por ahora con un contrato de tres meses, mientras acaba de recuperarse de una lesión Acker, teóricamente la incorporación estelar, la que debía rellenar el hueco de Navarro.
Estudiantes no encontró manera de echar el lazo a tanto cañonero azulgrana. Cuando se defendió en individual, dejó siempre algún hilo suelto. Le costó demasiado pasar los bloqueos de los azulgrana y estirar su defensa para no dejar cabos sueltos. Y, encima, se empeñó en variar a defensa en zona a cada poco, lo que acabó de animar a Ilyasova, Morandais y Basile a jugársela todo el tiempo al triple. Con diez cerraron el primer tiempo. Un saldo demoledor, máxime cuando en el otro lado del campo Estudiantes apenas dio réplica, entre otras cosas porque apenas pudo probar suerte de tan discretos que fueron sus movimientos en el ataque. Las ventajas del Barça rondaron los 20 puntos, un mundo.
Estudiantes se percató de que, si algo quería decir en el partido, necesitaba mucha mayor agresividad en la defensa y explotar los buenos movimientos de Young y Pietrus. Pero el equipo de Ivanovic optó por variar su estrategia y se decantó por el juego interior: Kasun, Trias y Vázquez se movieron a sus anchas. Así, el Barça volvió a dispararse ante un Estudiantes entusiasta, pero impotente ante el aluvión que se le vino encima.
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