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Reportaje:Fútbol | Fase clasificatoria para la Eurocopa de 2008

Cinco goles, todos de cabeza

Tamudo, sustituto del lesionado Torres, un actor secundario con vocación de protagonista

Diego Torres

La velada arrancó con un golpe teatral. La selección española escenificó la unidad interna aprovechando el sonido del himno nacional. Los jugadores formaron una línea de abrazos de cara al banquillo y los suplentes, los médicos y los técnicos les replicaron con la misma coreografía. Luis Aragonés se abrazó a los utileros y entre todos hicieron una línea de 19 enfrente de las de los once futbolistas.

Conectados por las miradas y los gestos, aquellos hombres lanzaron un mensaje de reafirmación tras una semana de hartazgo. El sentimiento fue unánime. Allí no había nadie que no estuviera harto de escuchar reclamos y lamentaciones en torno a la ausencia del madridista Raúl en la selección.

"No es un 'nueve' clásico. Pero está acostumbrado a jugar solo arriba", dicen de él en el equipo nacional
El espanyolista fue el jugador menos reclamado por los medios en la semana más agitada
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Abrazados, quisieron reivindicar su propio valor. Y es curioso, pero, en toda esa exhibición, el tipo menos carismático, el más gris, fue el espanyolista Tamudo. El chico de Santa Coloma no es fotogénico, ni especialmente atractivo ni corpulento. Parecía ausente. Un poco triste. Nadie debió de reparar en él. Sin embargo, estaba a punto de cortar la respiración de los 20.000 aficionados daneses que se las prometían felices en las gradas.

El estadio de Aarhus vibró con un coro multitudinario que cantó a capela el himno danés, Adorable Tierra Nuestra. El ambiente era propio de las grandes ocasiones. Los dos equipos se jugaban su futuro, su presencia o no en la cita de 2008 en Austria y Suiza. Era una noche para jugadores importantes.

Tamudo fue el hombre menos reclamado por los medios de comunicación en la semana más agitada del año para la selección. Había llegado por la puerta trasera para sustituir al valencianista Villa, que se lesionó en la última jornada de la Liga. El esquema previsto por Luis, un 4-3-3, también le relegaba a un segundo plano. Se habría sentado en la caseta de no haberse lesionado Fernando Torres en la última práctica. Pero el delantero del Liverpool se rompió. Y ayer jugó el actor secundario. El chico melancólico que ha cumplido 30 años sin dejar de ser un héroe local, casi anónimo en el resto de España.

Antes del partido, precisamente, un miembro de la delegación española avisaba de que en el fútbol español se tiende a infravalorar a los jugadores sin márketing: "Ha sido mejor que se lesionase Torres con tiempo. Así, Tamudo se prepara. Porque Tamudo, salvo porque no es alto ni rápido, no tiene nada que envidiar a Torres. No es un nueve clásico. Pero está acostumbrado a jugar solo arriba y los técnicos le ven mejor que nunca".

"Torres va bien de cabeza", admitían en la concentración ayer; "es una de sus virtudes". Torres mide 1,84 metros. Tamudo, 1,80. Pero, por lo visto ayer en el Parken de Aarhus, también es un virtuoso del uso de la cabeza.

Corría el minuto 13 cuando Tamudo se escabulló por la espalda de Laursen para conectar un centro perfecto de Iniesta. Apareció en el segundo palo y cabeceó a la escuadra que le pillaba más lejos. Impotente, Sorensen vio pasar el globo.

Fue el quinto gol de Tamudo con la selección. El quinto que hace con la cabeza. El delantero del Espanyol marcó dos contra Venezuela, uno frente a Canadá y otro ante Hungría. Ayer hizo el primero en un partido oficial. Un gol que enfilaba hacia la clasificación para la fase final de la Eurocopa.

Tamudo pugna por la pelota con Laursen.
Tamudo pugna por la pelota con Laursen.EFE

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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