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Un pacto entre el Gobierno italiano y Autostrade facilita la fusión con Abertis

La frustrada fusión entre la española Abertis y la italiana Atlantia (antigua Autostrade) no ha resucitado, pero, transcurridos 10 meses desde que la operación quedara congelada debido a las trabas interpuestas al proyecto por el Gobierno de Roma, el escenario de esta historia interminable se redibuja. El ente público que gestiona las autopistas en Italia, ANAS, y la compañía que controla la familia Benetton han firmado la paz.

Atlantia y ANAS han cerrado un acuerdo sobre las nuevas reglas de juego que regirán su concesión de autopistas, a través de un convenio, según informó ayer Atlantia (Autostrade). Este acuerdo, aprobado ya previamente en consejo de administración, contempla, entre otros aspectos, el compromiso por parte de Atlantia de invertir hasta 7.000 millones de euros adicionales a los 10.000 millones de euros que el grupo presidido por Gian Maria Gross-Pietro tenía comprometidos para desembolsar en los próximos años en Italia.

El mismo convenio, que se adapta a las nuevas normas transalpinas sobre concesiones de autopistas introducida por Italia en pleno proceso de fusión con Abertis y objeto de fricciones abiertas con la Comisión Europea, prevé también una fórmula para establecer la actualización anual mínima de las tarifas vinculada a la inflación, además de contemplar incrementos de tarifas adicionales en función de cómo vayan progresando las nuevas obras e infraestructuras que realice la compañía.

Abertis, controlada por La Caixa y por la constructora ACS, "está estudiando" el contenido de este acuerdo entre Atlantia y el ente ANAS para estimar los ingresos futuros de la compañía italiana y "poder hacerse una idea de su valoración" antes de plantearse eventualmente un nuevo proyecto.

No hay operación

La prudencia se ha impuesto en Milán y en Barcelona. Gilberto Benetton, cabeza de la familia con un mayor peso en el capital de Atlantia, ha enfriado el ambiente esta semana al afirmar que "no existe el proyecto de estudiar una fusión". Y lo mismo declara la compañía que preside Isidre Fainé. "Por ahora, sigue sin haber operación a la vista", dice. Ambas empresas esperan a ver sobre todo cómo se aprueba (y concreta) este convenio a través de un decreto de los ministerios de Obras Públicas y del Tesoro. El decreto debe pasar por el filtro del Tribunal de Cuentas. Además, como recordó ayer Atlantia en un comunicado, todo está pendiente del parecer de Bruselas sobre la ley italiana de autopistas.

Hace pocos días, el comisario europeo del Mercado Interior, Charlie McCreevy, envió una carta al Gobierno de Romano Prodi en la que consideraba que el nuevo marco de concesiones de autopistas italiano -modificado después de que la antigua Autostrade y Abertis anunciaran su fusión- crea "incertidumbre" y que los inversores podrían percibir que "abre la vía a intervenciones potencialmente arbitrarias o discriminatorias por parte de las autoridades" italianas.

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