Marsans compra cuatro A-380 y otros 57 aviones a Airbus
Air Comet será la primera aerolínea española con el avión gigante
Por aviones que no quede. El grupo Marsans, propiedad de Gonzalo Pascual y Gerardo Díaz, actual presidente de la CEOE, confirmó ayer la adquisición a Airbus de 61 aviones más, de ellos cuatro superjumbo A-380, para las aerolíneas del grupo, Aerolíneas Argentinas y Air Comet. El contrato, el mayor firmado por una aerolínea española, supone un volumen a precio de catálogo de 7.500 millones de dólares (5.300 millones de euros), incluidos 12 aparatos ya encargados en diciembre de 2006.
El contrato firmado ayer es el mayor de Airbus con una empresa española. Air Comet será la primera aerolínea española en operar con los superjumbos de Airbus, que tiene ya 190 pedidos de ese modelo.
Además de los grandes aviones para vuelos transoceánicos y que pueden transporta normalmente 525 pasajeros (puede llegar a 800 pasajeros y Airbus tiene ya unos 190 encargados), Marsans compra 10 aparatos del modelo A-350 (hasta 350 pasajeros y largo y medio alcance.
Además se encargan 42 aparatos de la familia del A-320 (de corto radio y unos 150 asientos) y cinco del modelo A-330 (hasta 335 pasajeros), que se suman a los 12 aparatos de ese modelo que encargó hace menos de un año, y que comenzará a recibir en agosto de 2008. A partir de 2013 comenzará a recibir los A-350.
En ese momento Marsans disponía de dinero fresco, los 430 millones de euros que obtuvo de la venta de los cruceros Pullmantur a Royal Caribbean.
Marsans comenzará a recibir los A-380 en 2010, según comentó ayer el presidente de Marsans, Gonzalo Pascual, quien añade que no descarta aumentar el pedido en breve plazo. El presidente de Marsans confía en cerrar un acuerdo social con el personal de Aerolíneas Argentinas que dé seguridad a esas inversiones.
Con o sin Spanair
Pascual explica que estas compras "en firme y con toda la financiación cerrada" son fundamentales para el crecimiento de sus aerolíneas, compre o no compre finalmente Spanair, la compañía propiedad de la escandinava SAS, cuya presidencia dejó él hace unos días para presentar su oferta.
Pascual explica que Spanair necesitaría renovar una parte de la flota y que en todo caso, necesitaría aviones de corto radio para alimentar los vuelos de Air Comet a Suramérica. "O tomamos la decisión ahora o nos puede costar luego encontrar aviones disponibles", argumenta.
Su socio Gerardo Díaz comenta en el mismo sentido que la fuerte inversión supone que asumen un riesgo "lo normal en un empresario", pero que les asegura la posibilidad de crecimiento de Air Comet.
Sobre Spanair, Díaz considera que sería en su caso un negocio adicional, ya que la alimentación de los vuelos de largo radio se aseguran a través de las rutas europeas de Air Comet (París, Roma, Londres y en un futuro próximo Fráncfort) y "no aportaría nada especial en ese sentido". Y avanza que están estudiando nuevas rutas de largo alcance para expandir su red a Norteamérica y Asia.
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