Como en los viejos tiempos

Fallaron en Málaga y salieron en Madrid decididos a reconstruir la frontera que marcan los cánones entre un equipo de la NBA y uno de cualquier otra parte del planeta. Los Grizzlies pusieron la directa desde el primer minuto con un juego seriote, sin apenas concesiones a la galería, muy aplicados en defensa. Estudiantes, en lugar de disfrutar de la ocasión, sufrió en el intento de no recibir un varapalo excesivo.

Mal día para disfrutar de la picardía del juego de Navarro, de la magnificencia de Pau Gasol, de los excesos del portento físico de Swift, esas cosas que contribuyen a honrar este tipo de partidos.

Empezó garrafal Estudiantes (11-32) y quedó lastrado para los restos. Eso, ante un equipo escarmentado por su reciente derrota en Málaga, sentenció el cariz del acontecimiento. Los de Memphis se adueñaron del rebote, intimidaron con varios tapones, hasta diez, y marcaron diferencias prácticamente en todos los uno contra uno. Los abismos en el marcador provocaron el vértigo en el equipo del Ramiro. No le entraban a Sergio Sánchez, menos aún a Urtasun y Pietrus, el único que lograba mantener el tipo en el rebote frente a Gasol, Miller, Cardinal y compañía.

La cuestión es que sólo Jasen y Lewis lograron estar a la altura de lo que demandaba un amistoso ante un rival de la NBA. Eso sí, Estudiantes enseñó algunos de los cachorros que le permiten observar el futuro con optimismo, con mención especial para el inglés Daniel Clark, que empezó mal pero que fue entonándose y concluyó con ocho puntos y nueve rebotes, números más que dignos para lo que hubo.

Marc Iavaroni, el entrenador de los Grizzlies, dio rienda suelta a todos los jugadores de su plantilla. Por eso Pau Gasol apenas llegó a los 20 minutos de juego. Le bastaron, eso sí, para anotar 10 puntos, capturar 8 rebotes y dar 5 asistencias. Navarro, esta vez, actuó de acorde a lo que fue el partido: serio, concentrado en no tropezar en los que son sus primeros pasos en la NBA, atento en defensa y gris en ataque, faceta en la que falló los dos triples que intentó y anotó dos canastas y dos tiros libres para un total de seis puntos, muy lejos de los 21 que sumó ante Unicaja.

De hecho, nadie descolló excesivamente. No estaba para eso el partido; si acaso, destacaron los tres triples de Jacobsen y la buena labor de Milicic, con 13 puntos y 7 rebotes. El único consuelo, para Estudiantes, es que ganó dos cuartos, el segundo por 22-20 y el último por 21-16. En los otros dos dejó mucho que desear, inferior en todos los aspectos a los Grizzlies.

Navarro fue aclamado por el público, que tiene unas ganas locas de ver cómo triunfan los jugadores españoles en la NBA. El ex jugador del Barça parece en el buen camino. Sus problemas tendrá cuando deba defender a los excelentes escoltas que pululan en aquella Liga, pero también sucederá a la inversa porque, por lo visto, ni las novedades -compañeros, reglas, estilo de vida-, ni la barrera idiomática le hacen perder un ápice en el descaro y la calidad de su juego.