Una llamada sospechosa

El calcio vive permanentemente bajo sospecha. Después del escándalo de la compra de árbitros por parte de Luciano Moggi y sus compinches que llevó al Juventus a bajar a Segunda tras ser desposeído de dos títulos ligueros, nada ha vuelto a ser igual. El club piamontés se ha purificado y vuelto a Primera. Pero el olor a engaño parece no haberse desvanecido en el fútbol italiano. Quizás no se desvanezca nunca.

Lo sabe bien Delio Rossi, el entrenador del Lazio, que está siendo investigado por el Comité de Disciplina de la Federación Italiana (FIGC) por presunta violación de los principios de lealtad deportiva, después de conocerse una conversación telefónica entre él y el presidente del club, Claudio Lotito, pocas semanas antes de la visita a Roma del Lecce. Corría la primavera de 2006 cuando Rossi confesó a Lotito que deseaba que el Lecce hubiera viajado a Roma "blandito".

El técnico confesó a su presidente en 2006 que deseaba un rival "blandito"

La federación mantenía el teléfono del presidente permanentemente vigilado debido a unas investigaciones sobre amenazas de muerte de algunos ultras y de Giorgio Chinaglia, ex jugador del Lazio, que querían hacerse con la propiedad del club. El martes, es decir, un año y medio después de los hechos, se decidió abrir una investigación contra Rossi "por haber intentado, sin conseguirlo, forzar a Lotito a tomar alguna iniciativa con miembros de la directiva del Lecce con el objetivo de influir sobre las prestaciones técnicas del equipo con vistas al partido del 30 de abril de 2006". Según interpreta la FIGC, el término "blandito" puede ser sinónimo de amaño.

El Lazio derrotó al Lecce por 1-0 y logró clasificarse para la Copa de la UEFA. Cuando el año pasado las escuchas se hicieron públicas, Rossi las calificó de "pura basura" y explicó que había mantenido esa conversación para hablar del mercado. "Se hablaba de jugadores y del inminente fichaje de Cristian Ledesma [pasó del Lecce al Lazio en junio de 2006]. Es una lástima que se intente echar mierda encima de unas personas inocentes y que pronto demostrarán que no tienen nada que ver con todo esto", dijo el preparador hace un año.

El club de Roma emitió un comunicado para mostrar su solidaridad con el técnico: "Nos hemos quedado muy sorprendidos por la iniciativa tomada por la FIGC. Es una interpretación subjetiva de una conversación telefónica que ya ha sido explicada con claridad y transparencia por parte del autor de la llamada". La nota continuaba apelando a la personalidad del técnico. "Estamos convencidos de que la honradez de Delio Rossi es universalmente conocida. Por tanto, una atenta lectura de las frases de la escucha telefónica lo excluirá de cualquier tipo de responsabilidad".

La sanción para el entrenador del Lazio -todavía no hay fecha para que la federación comunique las medidas adoptadas- puede variar entre tres meses y cinco años de inhabilitación o quedarse en una multa.