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Caride coloca la primera piedra de la autovía entre Ferrol y Vilalba

En un acto simbólico y protocolario como tantos otros, la Conselleira de Política Territorial, María José Caride, coloca hoy la primera piedra que inicia las obras del último tramo de la autovía entre Ferrol y Vilalba (Cabreiros-Vilalba) que enlazará Galicia con la cornisa cantábrica.

Los 13,4 kilómetros que separan la parroquia lucense de Cabreiros (Xermade) de la capital de la Terra Chá llegaron a convertirse en una distancia insalvable dentro del embrollado culebrón político y partidista que trataba de determinar a qué Gobierno -central o autonómico- competía ejecutar el último tramo de la carretera. El tramo quedó descolgado de los presupuestos del gobierno de Manuel Fraga y pendiente de un compromiso del entonces Ministro de Fomento, Francisco Álvarez Cascos, de financiar el último tramo de una obra de competencia autonómica.

Los cambios de gobierno en la Moncloa y la Xunta dejaron al tramo, una vez más, sin presupuesto pero incluido en el Plan Galicia. Finalmente, la Xunta se hizo cargo de una obra que espera financiar con los fondos Miner, que desembolsa el Ministerio de Industria para el desarrollo de las comarcas mineras. En Vilalba, Caride preside hoy un acto al que han sido invitados los alcaldes de los siete municipios que atraviesan la autovía (Ferrol, Narón, San Sadurniño, As Somozas, As Pontes, Xermade y Vilalba), además de los presidentes de las diputaciones de A Coruña y Lugo y los subdelegados del Gobierno en ambas provincias.

Más de 37 millones

La ejecución del último tramo Cabreiros-Vilalba fue adjudicada por la Consellería de Política Territorial a las empresas Corsán-Corviam y Sercoysa por un importe de 37,4 millones de euros. Según el calendario previsto por la Xunta para el último tramo-con un plazo de ejecución de 22 meses-, el vial AG-64 debería completarse en el verano del 2009. Entonces, habrán finalizado las obras de una autovía de 56 kilómetros que se iniciaron hace más de un lustro y que parece estar "gafada" en algunos de sus tramos. Hasta hoy se han ejecutado 34 de los 56 kilómetros que tendrá la autovía AG-64 una vez que se complete todo el trazado.

Por ahora, ya se puede circularse de un tirón entre Ferrol y As Pontes, aunque tampoco este fue un camino fácil. En septiembre, Política Territorial tuvo que cerrar al tráfico un pequeño tramo próximo a la villa minera, entre Espiñaredo y Saa, para reforzar y estabilizar un talud que amenazaba la seguridad de la vía. El hallazgo de un círculo lítico en A Mourela paralizó varios meses las obras. Tras varias semanas de estudio, Patrimonio autorizó a las máquinas a continuar las obras. Con nueve kilómetros en ejecución y los 13,4 restantes en proyecto, sólo 22 kilómetros y más de 40 millones de euros separan a Ferrol de su enlace con la Autovía del Cantábrico (A-8) a través de Villalba.

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