Contador, al frente del 'Astana 3.0' de Bruyneel
El equipo sólo se parece en el nombre a las anteriores escuadras kazajas
El nuevo equipo de Johan Bruyneel, puesto en marcha para Alberto Contador por el director belga tras la desaparición del Discovery, se llamará Astana, pero sólo se parece en el nombre a las anteriores escuadras patrocinadas por el Gobierno kazajo. Bueno, en el nombre y en un pequeño detalle más: en lo laborioso y kafkiano de su parto.
El nacimiento del primer Astana, llamémoslo Astana 1.0, tuvo lugar en tiempo en récord, lo que tardó Manolo Saiz en volar de Madrid a Kazajstán, y en medio de unas circunstancias tormentosas, las provocadas en la atmósfera del ciclismo por el desencadenamiento de la Operación Puerto. A raíz de su detención, y de la implicación en la trama de Eufemiano Fuentes de medio equipo, Saiz perdió en mayo de 2006 el patrocinio de Liberty. Su líder de entonces, el kazajo Alexander Vinokúrov, aprovechó su amistad con el presidente de la federación ciclista de Kazajstán, y también ministro del Gobierno de Nursultán Nazarbayev, Danial Ajmetov para lograr un patrocinio millonario e instantáneo. La prisa llegaba dictada por la necesidad de correr el Tour, una pretensión frustrada.
"Es un equipo nuevo, una estructura que no tiene nada que ver con la antigua", dice Bruyneel
Con la imposibilidad del Tour 2006 comenzó a gestarse el Astana 2.0. Sabiendo imposible regresar a la grande boucle del brazo del indeseable Saiz, Vinokúrov le pidió ayuda a su representante, el ex corredor suizo Tony Rominger, quien a su vez puso el asunto en manos de su representante, Marc Biver. Así, en septiembre de 2006 respiraron paralelamente dos Astanas, el real, que arrasó en la Vuelta liderado por Vinokúrov y Andrei Kasheckin, y el virtual, el que ponía en marcha Biver con los corredores de la cuadra de Rominger -encabezados por Andreas Klöden-, con los restos del material del agonizante Phonak de Landis y con la dirección técnica de Godefroot, ex del T-Mobile. En varios juzgados de lo social españoles aún se dirimen denuncias de los damnificados, de los miembros del Astana de Saiz dejados fuera por el de Biver.
Mucho más limpio no será el nacimiento del Astana 3.0, después de que otro asunto de dopaje -en este caso, el doble positivo de Vinokúrov y Kasheckin en el Tour pasado- se cruzara por medio en el historial del equipo y obligara a los dirigentes kazajos a encargar una nueva fundación. Nuevamente, dos astanas coexisten. Mientras el elegido para dirigir la tercera versión, Bruyneel, vuelve a poner en marcha la maquinaria del antiguo Discovery, Biver, que contaba con un contrato de varios años, intenta infructuosamente cobrar el finiquito. El martes regresó de Astana, la capital de Kazajstán que da nombre al equipo, donde no logró ni que le recibiera Ajmetov. Éste, a su vez, poseedor de la licencia ProTour del equipo, tiene hasta el día 20 para responder ante la UCI por los positivos del Tour. En teoría, por ambos problemas, la licencia ProTour del Astana 3.0 corre peligro. Lo cual no arredra a Bruyneel, embarcado en la aventura en solitario, sin el apoyo de la empresa Tailwind en la que su asociado es Lance Armstrong y que había gestionado la marcha del Discovery.
"A Biver ya le han dicho que su colaboración ha terminado y a la UCI ya la han respondido", dice el belga, que ocupará el puesto de manager -los directores serán Sean Yates, Dirk Dwemol y Slava Ekimov, colaboradores suyos en el Discovery-. El belga matiza con fuerza que aunque el nuevo Astana es más una emanación del Discovery que otra cosa -aparte de Contador, uno que ya pasó por el Astana 1.0 antes de ganar el Tour con Bruyneel, estarán otros siete corredores del Discovery, como Noval, Leipheimer y Paulinho-, se trata de un Discovery con un añadido: "Mejor imagen, más credibilidad".
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