"Soy un moderno de 43 años"
Marco Ballotta se ha convertido con sus 43 años y 168 días en el jugador más viejo en jugar un partido de la Champions. Lo hizo en Atenas contra el Olympiakos hace dos semanas. Está acostumbrado a ser el hombre portada: la temporada pasada, batió también el récord de Dino Zoff (jugó su último partido en Primera con 41 años). El meta del Lazio, que recibe al Madrid el miércoles (Canal +, 20.45), atendió telefónicamente a este periódico desde su coche: "Voy con el manos libres, no pasa nada".
Pregunta. Debutó en Primera en 1990 tras haber jugado 11 temporadas en Interregional, Segunda y Tercera. ¿Cómo ha cambiado el fútbol?
Respuesta. Muchísimo, tanto que ya no parece lo que era. Ahora es mucho más seguido. Todo va en función de los intereses televisivos. Para los equipos eso supone beneficios económicos, pero creo que el mercado está desvirtuando el fútbol. Las plantillas son mucho más largas, se juega cada tres días y mantener el estado de forma no es nada fácil. El desgaste físico y mental es tremendo.
"Veo a Ancelotti de vez en cuando y cada vez que nos encontramos en algún campo me dice: '¡Pero, bueno, todavía estás aquí!"
"El Madrid es un equipo extremadamente completo. Son muy fuertes. Casillas es muy listo. No tiene miedo"
P. ¿Y cómo han cambiado los porteros?
R. Nos hemos tenido que adecuar a los cambios. El de ahora es un portero moderno. Tiene que jugar casi mejor con los pies que con las manos. Está mucho más involucrado en el partido. Se mueve fuera de los palos. Yo soy un moderno de 43 años.
P. ¿Recuerda sus comienzos?
R. No mucho... Se me va la memoria. Sí que tengo recuerdos del fútbol de esa época, en la que, más que nada, jugabas para divertirte. Convertirse en futbolista profesional era un plus. Hoy ya no existe eso. Los jóvenes juegan para convertirse en estrellas, no para disfrutar. Yo los observo y veo que no saben sufrir, no muerden y se vienen abajo a la primera dificultad.
P. ¿Portero por casualidad o por vocación?
R. Por una casualidad que luego se convirtió en vocación. Jugaba de delantero en las pachangas. Hasta que en el equipo del pueblo no quedaron más porteros. Me tocó y acabó gustándome.
P. Ha estado en diez equipos. ¿De qué entrenador aprendió más?
R. De los que eran personas simples. Siempre me ha interesado más el aspecto humano que el técnico de un entrenador. Hoy, más que un entrenador, hace falta un psicólogo.
P. ¿Ancelotti, que fue su técnico en el Reggiana, era así?
R. Coincidí con él en su debut en el banquillo. Fue en 1995 y subimos a Primera. Nos entendíamos con una mirada. Fuera del campo, era el primero que organizaba cenas para que estuviéramos todos juntos. El grupo ha sido fundamental para él desde el principio.
P. ¿Siguen en contacto?
R. Lo veo de vez en cuando y cada vez que nos encontramos en algún campo me dice: '¡Pero, bueno, todavía estás aquí!'
P. Usted ha seguido tanto que ha batido récords.
R. No vivo de estas cosas. En el vestuario de Atenas, el míster me preguntó si alguna vez me había imaginado que aguantaría tanto. No supe contestar.
P. ¿Se siente mayor?
R. No me siento viejo. Tengo cierta edad, pero, cuando miro a los jóvenes, pienso que soy mucho más joven que ellos. Tengo el espíritu y las ganas para seguir entrenándome a diario.
P. ¿Ha tenido algún modelo de portero?
R. Zoff. Era el prototipo del guardameta tranquilo. No era teatral en sus gestos, no hacía milagros, pero era constante.
P. ¿Y Casillas?
R. Es un portero muy listo y que no tiene miedo. No eres titular del Madrid durante tantos años por una casualidad.
P. ¿Cuál ha sido el delantero más peligroso al que se ha enfrentado?
R. Batistuta, porque es el que más goles me ha marcado, y Van Basten, por la clase. Ni Maradona tenía tanta.
P. ¿Nunca ha tenido ganas de colgar las botas?
R. Sí que te entran ganas, sobre todo al final de una mala temporada. De hecho, me pasó hace tres años, cuando estaba en el Modena y bajamos a Segunda. Decidí dejarlo porque el disgusto fue enorme y no me sentía preparado. Pero me arrepentí enseguida porque, viendo los partidos en casa, notaba ardor por dentro. Tenía ganas de jugar. Mi mujer me decía: 'Te veo nervioso. ¿Seguro que lo quieres dejar?'. Y, al final, acepté la oferta del Treviso. A mi edad, no puedo dejar escapar trenes de alta velocidad.
P. ¿Hasta dónde quiere llegar?
R. Hasta donde me permita la mente. Si el físico aguanta, seguiré. El Lazio me ofreció un contrato de tres temporadas, pero decidiré de año en año.
P. ¿Le tiene miedo a Van Nistelrooy?
R. A todo el Madrid. Es un equipo extremadamente completo. Son muy fuertes. Sabemos que para ganar tendremos que dar el 110%.
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