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Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Erik hazelhoff roelfzema, héroe de la resistencia holandesa

Fue piloto de la RAF y ayudante de la reina Guillermina

Isabel Ferrer

Erik Hazelhoff Roelfzema llamaba a la muerte el príncipe oscuro y aseguraba no tenerle miedo porque, en su larga vida, la había burlado ya suficiente. La invasión nazi de Holanda le arrancó de su plácida residencia de estudiantes para arrojarlo a una celda por escribir un duro manifiesto contra las fuerzas ocupantes. Sin perder el valor ni la arrogancia, escapó de sus captores camino de Inglaterra y empezó a colaborar con la Resistencia holandesa.

Primero volvió a su país por mar con transmisores para sus camaradas. Luego ayudó a escapar a resistentes holandeses perseguidos. Su tarea del bando aliado se completó a bordo de un avión de las Fuerzas Aéreas británicas, la legendaria RAF, con el que efectuó casi un centenar de vuelos sobre Alemania. Aquella terrible experiencia le serviría para ganar una medalla y "vaciarse de ira". Quizá por ello, porque estaba listo para intentar la confraternización europea tras la guerra, la Holanda de la década de los años cincuenta se le quedó pequeña y emigró a Estados Unidos.

Años después, en 1995, pediría la instauración de un Día Europeo de la Liberación admitiendo que no todos sus compatriotas tenían su serenidad "al no haber podido saldar cuentas con los nazis".

Antes de iniciar su segunda aventura vital en ultramar, fue asistente de la entonces reina Guillermina. La abuela de la actual soberana holandesa, Beatriz, le otorgó la Orden Militar de Guillermo, la más alta distinción holandesa por los servicios prestados en tiempo de guerra. Al ofrecerle la reina un puesto como miembro de su equipo, Hazelhoff Roelfzema hizo balance de su pasado y decidió que aún no era tiempo de asentarse.

Su primera parada americana fue el cine. Después de intentar sin éxito hacerse un hueco en Hollywood, empezó a trabajar en 1951 para la cadena NBC. Tras el levantamiento de Hungría contra Moscú, aplastado en 1956 por los tanques rusos, dirigió Radio Europa Libre, una emisora propagandística estadounidense.

A pesar de su apretada agenda profesional, sacó tiempo para gestionar una pequeña empresa petrolera y meterse en el negocio de las carreras de coches de fórmula 3.

Tres décadas después de la guerra, novelaría su pasado en el libro Soldado de Orange. La obra se hizo un hueco de honor en la memoria nacional gracias al cine. Paul Verhoeven, el director holandés que se haría famoso con cintas como Instinto básico, la filmó en 1977 con el actor más conocido del país, Rutger Hauer, de protagonista. Atractivo, arrogante y valeroso, el artista representó su papel de luchador por la patria al gusto del autor, que vio reflejados sus ideales en una película que, todavía hoy, sigue siendo muy popular.

Instalado en las islas Hawai, Erik Hazelhoff Roelfzema regresó a su tierra sólo en las grandes ocasiones. En 1980 estuvo presente en la coronación de la reina Beatriz. Y en el año 2000, una vez apadrinada una escultura de la reina Guillermina, dejó escrito que aceptaba la muerte como había acogido la vida: sin miedo y con respeto. Sus cenizas serán enterradas en Holanda.

Erik Hazelhoff Roelfzema.
Erik Hazelhoff Roelfzema.AP

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