Y apareció Rossi
El delantero italiano da la victoria al Villarreal cuando el Murcia acariciaba el empate
Tener diferentes recursos es lo que convierte a un equipo de meritorio a especial. Andaba el Villarreal más espeso de lo habitual. Atacaba sin lucidez. El Murcia no se descomponía, aguantaba el tipo y daba algún que otro aviso. Pellegrini miró al banquillo. En él había material de calidad para confiar en otro final. Saltaron a la cancha Guille Franco y Rossi a falta de media hora y el panorama seguía igual de oscuro. Matías Fernández entró también y la cosa comenzó a mejorar. Pero bastó un instante de inspiración, unos segundos de armonía, para que el Villarreal se hiciese con el partido a falta de cinco minutos. Rossi se asoció con Guille Franco, se plantó ante Notario y le elevó de manera sublime el esférico, que quedó encantado con la caricia. Posteriormente, Rossi redondeó el resultado tras la asistencia de Mati Fernández en una gran jugada colectiva que arrancó con un robo de balón de Javi Venta.
VILLARREAL 2 - MURCIA 0
Villarreal: Viera; Venta, Cygan, Fuentes, Capdevila; Cazorla (Rossi, m. 59), Josico, Senna, Pirès; Nihat (Matías Fernández, 72) y Tomasson (Guille Franco, m. 59). No utilizados: Diego López, Godín, Ángel y Cani.
Murcia: Notario: Pignol (Iñigo, m. 86), Mejía, Arzo, Peña; De Lucas (Gallardo, m. 75), Movilla, Richi, Regueiro; Baiano y Iván Alonso (Goitom, m. 78). No utilizados: Alberto, Ochoa, Abel y Jofre.
Goles: 1- 0. M. 85. Combinación entre Rossi y Guille Franco que culmina el italiano. 2- 0. M. 89. Rossi a pase de Matías Fernández.
Árbitro: Rubinos Pérez. Amonestó a Pignol, Cazorla, Movilla, Iván Alonso y De Lucas.
Unos 17.000 espectadores en el estadio de El Madrigal.
El conjunto de Pellegrini suele aburrir al contrario a base de paciencia. Le masajea de tal forma que cuando aplica la inyección, éste ni siente ni padece. Al Murcia no le preocupó lo que deparaba en el terreno de juego hasta los últimos instantes. Su trabajo quedó en nada. El Villarreal posee calidad para ganar un partido en la presentación o en el desenlace.
Sin mucha intención, el Murcia daba alguna que otra señal de vida. Regueiro era el que más se dejaba ver ubicado en su banda izquierda. Su potente zurda se estrelló en el lateral de la red defendida por Viera que, de momento, tiene la confianza de Pellegrini, no tanto de la grada, que atisba en Diego López un portero más seguro.
El Villareal intentó poner una marcha más en el segundo acto, lo que provocó una inmediata reacción en las áreas, ahora sí visitadas tras un periodo de letargo. El conjunto castellonense fue a por el partido con menos cadencia y el Murcia se quedó con el contragolpe. Argumento que se le volvió en contra. El Murcia tenía cogida la medida al conjunto local, que a punto estuvo de fermentar el partido de tanto madurarlo. Pero apareció Rossi e iluminó al Villarreal. Sus dos goles fueron espléndidos. El primero, un toque lleno de sutileza. El segundo, un remate de fe en ser capaz de culminar el juego colectivo del equipo. Un recurso más de un equipo especial.
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