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Reportaje:

Los dibujos piden pantalla

El sector de la animación española reivindica mayor presencia en las cadenas de televisión nacionales para sostener su crecimiento

Los dibujos animados españoles viajan por todo el mundo, pero son difíciles de ver en las cadenas nacionales. Esta carencia no supone, sin embargo, que el sector de la animación esté en crisis. Todo lo contrario: vive un momento excepcional en términos de creatividad y de cifras de negocio. Según datos recopilados por Diboos, la Federación Española de Asociaciones de Productoras de Animación, el sector mueve entre 600 y 800 millones de euros al año. La diferencia entre ambos datos depende del número de producciones que se realicen en cada temporada. En los últimos cinco años, las productoras de dibujos animados han visto crecer su negocio entre un 15% y un 20% respecto al periodo anterior, sobre todo gracias a la explotación de nuevos mercados.

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No es nada nuevo, porque el 70% de la facturación de las empresas de animación españolas viene del extranjero. El coste de una serie de dibujos animados de 26 capítulos de media hora oscila entre los 4,5 y los 5 millones de euros, según la misma fuente de Diboos, que reúne al 90% de las firmas del sector. Una gran producción puede dar trabajo a un equipo integrado por unas 200 personas. En España, entre 3.000 y 4.000 profesionales se dedican a la animación, una disciplina que trata de adaptarse día a día a las imposiciones de las nuevas tecnologías y a un público infantil muy exigente que ha crecido acostumbrado a una cultura marcadamente audiovisual.

Pese a esta bonanza, las productoras de animación lamentan que hasta ahora no existan leyes que favorezcan su actividad y les brinden cuotas de pantalla en las televisiones españolas. El porcentaje de producciones nacionales que emiten las televisiones autóctonas no supera el 6%, un techo que se alcanza gracias al apoyo de varias cadenas autonómicas, como la catalana TV-3, que siempre ha apostado por la animación local. Cuando se consigue superar ese límite es por las reposiciones y no por la emisión de nuevas series.

La competencia del producto estadounidense y japonés es brutal, si bien la animación europea gana posiciones poco a poco. Todos estos aspectos serán motivo de debate en el Cartoon Forum 2007, el gran evento anual de la industria europea de la animación que entre hoy y el sábado reunirá en Girona a 800 profesionales.

Las productoras españolas aprovecharán la cita para difundir algunas de sus reivindicaciones, con una a la cabeza: piden que las cadenas de televisión, tanto privadas como públicas, inviertan el 1% de sus ingresos brutos en series de dibujos animados. Pero sus responsables reconocen que conseguirlo no es fácil. Por eso, ante la oposición de las cadenas privadas, reclaman que al menos las públicas asuman ese compromiso. "Históricamente, los legisladores nos han ignorado. Necesitamos una bandera con la que cobijarnos para ser más fuertes. Sin bandera es más difícil invertir en el mercado exterior y captar el capital extranjero. El resto de los países de Europa sí que está legislando con medidas proteccionistas para defender sus empresas de animación", lamenta Antoni d'Ocon, presidente de Diboos y de la popular productora que lleva su nombre, creadora de Los fruittis y otros éxitos internacionales. "En 2004 firmamos un convenio con Televisión Española. El acuerdo supuso que la cadena invirtiera 12 millones en total para un periodo de tres años. El convenio ya ha vencido y, aunque estamos negociando su renovación, no vemos mucha voluntad por parte del director de la cadena", añade.

Cataluña, Comunidad Valencia, País Vasco y Galicia son las comunidades en las que se produce más. Algunas compañías ya empiezan a tener mucha historia a sus espaldas. Es el caso de la veterana BRB, que este año cumple su 35º aniversario y que consiguió un taquillazo mundial con David el gnomo. Entre los proyectos que tiene en cartera su filial Screen 21 destaca Papawa, que se presentará en octubre en el MIPCOM JR, uno de los principales mercados televisivos europeos. "En estos años ha cambiado todo: el diseño, los guiones, las bandas sonoras, los formatos... Pero, sobre todo, lo que ha cambiado es la manera de transmitir los contenidos. Antes sólo estaba la pantalla de televisión y ahora competimos con ordenadores, videojuegos, teléfonos móviles... El panorama es distinto, incluido el público", explica el presidente de BRB, Claudio Biern. ¿Y por qué no se producen aquí series para adultos tipo Los Simpson? "Talento hay, pero las cadenas prefieren comprarlas en el extranjero, cuando ya están amortizadas", concluye.

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